Una dinastía a caballo

María Doallo Freire
maría doallo OURENSE

OURENSE

Padre, hija y nieta. Tres generaciones que han mantenido la tradición de los felos a caballo de Maside

21 ago 2019 . Actualizado a las 10:36 h.

La costumbre de los felos a caballo, personaje clásico del entroido de Maside, tiene su origen en el siglo XIX y, aunque pasó una etapa de declive durante la Guerra Civil, se recuperó en seguida. Con los años, tal y como ocurre con demasiadas tradiciones, cayó en desuso hasta que José Luis Barreiro Vázquez creaba, junto a otros la Asociación Amigos do Cabalo. Nunca había montado uno pero sentía una gran afinidad, que le venía de familia, hacia este animal. Gracias a eso, su hija, Bibi Barreiro Álvarez, con solo cinco años, decidía que quería aprender a montar y ser felo en las fiestas de su pueblo.

«Estiven anos saíndo a cabalo nas festas pero co tempo, na adolescencia, deixeino. Agora volvín recupera a ilusión por montar», explica Bibi. La tradición se impregnó en la familia y en las fotografías del salón de su casa todavía hoy puede verse a un sonriente José Luis ataviado con polainas, chaleco y corbata, subido a lomos de un hermoso semental. Así, a través de esas imágenes y muchas historias, fue como llegó esta tradición a los oídos su nieta.

 Una amazona prodigiosa

Tiene seis años desde ayer y aunque habla de un montón de amigos, ella misma sabe que ninguna relación es tan fiel como la que guarda con

Jefe, su poni. Elisa Seijo Barreiro es la única niña felo a caballo que hay en todo Maside. «Faime moi feliz porque miña nai tamén é felo e o meu avó tamén o era. Eu quero ser coma eles», afirma. Antes deJefe, tuvo otro poni más nervioso que el actual, al que Elisa cuenta que le transmitió su genio, pero no le dan miedo, por eso hace más de un año que recibe clases de hípica y monta a caballo con muchísima agilidad.

El lunes, todos los felos del concello salen a la calle en un desfile cargado de repiquetear de cascabeles -los que cuelgan del cuello del caballo- y estruendo de colores -cintas y más cintas se desprenden del sombrero que viste este personaje-. Actualmente se juntan en torno a unos 25, pero en tiempos llegaron a ser cientos. «Os felos son de Garabás e xa fai moitos anos saiamos o domingo fareleiro, o luns viñamos aquí e o martes íamos a O Carballiño e incluso teñen ido ata Ourense a cabalo, pero agora estase perdendo a tradición», cuenta Bibi. Y también explica cómo son los propios vecinos de la localidad, los encargados de promover y educar en torno a la historia y las costumbres de este personaje. Ella lo ha hecho con su hija, Elisa, que este año saldrá sin atar a la silla por primera vez. La confianza en su corcel le viene de muy atrás, cuando la niña solo sumaba meses, sus padres salían a montar con ella en el colo y se quedaba dormida. De ahí la tranquilidad que a día de hoy le aporta su poni.

Basta decir que su padre, Javier Seijo, es herrador de caballos y selecciona al milímetro qué animal monta la pequeña. Jefe es un pony welsh de origen holandés que vino desde Valladolid después de esperarle dos años. Puede que sea por eso, por su raza y su origen, o porque no pasa un solo día sin que Elisa se siente sobre él y paseen, pero el respeto y cariño que se tienen es incuestionable.