La importancia de viajar
Camino de los tres años en Sofía, Álvaro Limia Rodríguez siente la ambivalencia del expatriado: «Me siento emigrante y privilegiado, la verdad. Privilegiado porque no todos cuentan con la oportunidad que yo tuve y la suerte, además, de tener tan buenos compañeros, pero también me siento un emigrante; cada día, la diferencia de idioma me lo recuerda. A pesar de que me defiendo en búlgaro, no tengo nivel para mantener una conversación; puedo entender más o menos bien y comunicarme de una manera básica, pero para situaciones de comunicación compleja como, por ejemplo, en el médico, se vuelve bastante complicado. ¡Suerte tenemos de la época en la que estamos, que con el móvil puedes traducir de una manera rápida!»
Con la mirada más allá de Bulgaria, Álvaro Limia Rodríguez admite que no le importaría «seguir viajando unos años más explorando otros países, pero mi objetivo siempre es volver, de no poder ser a Galicia, a una ciudad española».