«Lembranza», el homenaje a Galicia del músico de Verín Sergio Sobrino

Olga Suárez Chamorro
olga suárez REDACCIÓN / LA VOZ

OURENSE

Sergio Sobrino Vaz

El clarinetista vive en Madrid, pero sigue colaborando con agrupaciones musicales ourensanas

26 ene 2019 . Actualizado a las 18:40 h.

Para Sergio Sobrino la música es una forma de comunicarse con los amigos, algo para compartir y disfrutar, nunca para competir ni hacer negocios, «porque, en definitiva, nos ayuda a ser mejores personas en nuestro día a día». Y con esta sencilla y sincera pretensión creó Lembranza, una pieza que ha grabado con ayuda de unos amigos y que comparte a través de las redes sociales.

Este músico nació hace 30 años en Verín y con solo 9 empezó su formación musical en su conservatorio elemental. Un año después ya formaba parte del conjunto instrumental de la villa, agrupación con la que puntualmente sigue colaborando «y con especial ilusión».

En un principio, su formación fue eminentemente clásica, primero en su localidad natal, después en Ourense y más tarde en el conservatorio profesional de Música Amaniel de Madrid, donde finalizó su carrera. Fue allí donde amplió su visión musical y pudo formarse en géneros modernos, como el jazz, el funky o el rhythm and blues, «estilos de música por los que siempre sentí pasión, quizás por su carácter más desenfadado y cercano al oyente». De esta etapa recuerda especialmente las clases del maestro Gerardo López Laguna, pianista de la Orquesta Nacional de España.

Nicoleta Lupu

Desde hace tres años, Sergio Sobrino es clarinetista principal de la banda sinfónica del Cuerpo Nacional de Policía. También da clases de música y sigue formándose y compartiendo conocimientos con alumnos, «porque un músico jamás termina de formarse», subraya.

Lembranza no es la primera composición que ha creado este artista ourensano, pero sí la única que había publicado hasta ahora. No lo había hecho hasta este momento por el laborioso proceso de producción y grabación que supone: «Lembranza fue realizada por amigos que, desinteresadamente se ofrecieron a colaborar, a los que vuelvo a agradecerles su buena voluntad». La obra está dedicada al pueblo gallego y el proceso de composición parte de la sencillez: «No es más que una melodía que trata de evocar el sentimiento que se experimenta al vivir lejos de nuestras gentes, la nostalgia al recordar la feliz y sin embargo sencilla forma de vida que caracteriza al pueblo gallego». No tiene intención de hacer negocio con ella, la creó para compartirla con amigos e intentar que llegue a todo aquel que, desde lejos, sienta lo mismo por su tierra.

Y es una pieza con la que intenta además rendir homenaje a todos aquellos que, en otra época, se vieron obligados a abandonar su tierra en busca de un porvenir digno: «Galicia vivió un amargo y doloroso fenómeno migratorio, la vida en la aldea no era nada fácil... Gente honrada, trabajadora y, sobre todo, valiente que siempre encuentra motivos para seguir luchando sin esperar concesiones».