Con el bullicio, nervios y aleGría del ascenso de la UD Ourense a Tercera recorriéndome el cuerpo, me paro un momento y escribo aquellos recuerdos y sentimientos que afloran a mi cabeza.
Siempre que se obtiene un éxito deportivo, personal o colectivo, vienen a nuestras mentes multitud de vivencias positivas y negativas, recuerdos que desde ya serán imborrables. Lo que acabamos de presenciar y sentir en Atios es uno de esos recuerdos indelebles que nos acompañarán siempre a los ourensanistas de corazón.
Y es que la UD Ourense nació hace cuatro años como un proyecto deportivo que, inicialmente, a algunos les parecía utópico, pero que poco a poco ha ido madurando. Yo diría que de forma inimaginable y maravillosa. Por eso, a todos los que creísteis y disteis la cara y algo más por este proyecto, mi reconocimiento, respeto y gratitud.
En este momento, recuerdo las dificultades propias del nacimiento y del crecimiento de un nuevo proyecto deportivo, pero se imponen los pensamientos y recuerdos positivos de estos cuatro años. Desde el apoyo inmediato de la afición a la desinteresada colaboración de exjugadores y ex entrenadores del CD Ourense que se volcaron en el club recién nacido, demostrando en los terrenos de juego, por si no había quedado claro, que llevan en sus genes el ADN del CD Ourense. Y es que en nuestra primera temporada, en el escalón más bajo del fútbol provincial, conseguimos ganar 28 de 28 partidos de esa liga. Y que esto lo hayan conseguido dos equipos de Ourense nos hace entrar en la leyenda de lo excepcional y extraordinario.
Este proyecto ilusionante tiene continuidad. En su segundo año de vida, la UD Ourense quedó campeón de grupo, ascendimos a la primera provincial y ganamos la Copa Diputación B. En la temporada siguiente conseguimos un nuevo ascenso y se postuló, desde la Preferente Sur, como candidato, y ahora como realidad, a jugar en Tercera. Ahí es nada, en cuatro temporadas cuatro ascensos, incremento progresivo de socios y abonados.
Soy de los que creen firmemente que lo que iniciamos en 2014 continuará hasta donde nuestra leal afición quiera. Y es que la UD Ourense se creó sobre sólidos cimientos: un profundo sentimiento ourensanista de características populares y participativas y al que apoya una fiel y comprometida afición, jugadores de antes y ahora, así como ourensanos de toda condición que arrimaron su hombro.
No sería justo dejar de mencionar el esfuerzo, trabajo y perseverancia de los peñistas del CD Ourense, de la junta directiva y colaboradores que de forma desinteresada trabajan día a día para hacer realidad un proyecto deportivo ourensanista. La continuidad está asegurada con el trabajo sin desmayo para crear una cantera en la que ponemos todas nuestras esperanzas de futuro.
Me gustaría destacar el apoyo recibido de los patrocinadores y empresas que nos han respaldado, no sin esfuerzo, en estos cuatro años de vida. Y, por último, mi gratitud permanente a socios y abonados de la UD Ourense, por vuestra generosidad, paciencia y fe en las posibilidades de club. Gracias por creer en vosotros mismos y hacer creer a los que por detrás empujamos, que todo lo que pretendemos es y será posible. Y es que sin vosotros, queridos aficionados, nada sería igual. ¡Qué grandes sois todos, amigos!