«Ser alcalde es más difícil de lo que se piensa»

OURENSE

MIGUEL VILLAR

El regidor ourensano Jesús Vázquez no descarta una moción de censura: «Va a ser lo lógido, si no me van a marear»

21 ene 2018 . Actualizado a las 18:48 h.

Tras más de dos años de minoría absoluta -el PP gobierna en Ourense con 10 de 27 concejales- a Jesús Vázquez se le nota la serenidad de quien se ha acostumbrado a vivir en el alambre. El 2018 no será sencillo, ya que se aproximan las municipales y tiene claro que la ciudad no puede estar a expensas del debate político en asuntos capitales que se arrastran desde hace años, como es el caso de los presupuestos o el PXOM. Por ello no titubea al asegurar que la moción de confianza es cuestión de tiempo.

-¿Tendrá Ourense presupuestos en este mandato?

-Se van a presentar en breve. Tuve hace unos días una reunión con el jefe de Presupuestos y está trabajando en ellos.

-En este contexto preelectoral, ¿ve factible que haya acuerdo?

-Es difícil, porque estoy viendo cosas raras. Soy una persona muy observadora. Estoy notando un cambio muy radical en el comportamiento de los compañeros de otros partidos y me hace ver un difícil acuerdo, no voy a mentir. Me encantaría llegar a acuerdos incluso estables de gobierno, con algún partido, pero lo veo difícil porque han entrado en unas dinámicas de muy adelanto preelectoral. Lo han llevado al último trimestre del año 2017.

-¿Como alcalde duele leer que Ourense es la única ciudad de España con los presupuestos prorrogados desde 2014?

-Te duele aquello en lo que tú no has puesto todo el interés y que ha sido debido a tu gestión. Cuando ves que hay causas compartidas y razones varias tienes que estar pendiente del porqué. Hay muchas causas, y yo también he fallado; lo he intentado con todas las fuerzas. En los años 15 y 16 había un plan económico financiero; el 17, que era el primer año, lo presentamos pero no hemos logrado el encauzarlo y saber atraer a otros grupos para esa negociación. Dieron el silencio por respuesta y también pecas tú y te das cuenta de que si en las negociaciones hay interés se cierran en una semana. El que quiere negociar es que le preocupa el tema, y te pide esto y esto. Decidimos enfriarlo un tiempo y esperar a la vuelta del verano, y el tiempo se echó encima. Entonces, que vas a insistir cuando ya te habían matado los presupuestos antes de nacer.

-¿2018 será el año de la moción de confianza en Ourense?

-Entra dentro de las alternativas que tiene todo alcalde para aprobar ciertos asuntos, como el presupuesto o el PXOM. Es una opción más.

-Sería un salto con red, porque la oposición ya ha demostrado que es incapaz de ponerse de acuerdo para moverle la silla.

-No estoy yo tan seguro. Estoy notando cambios muy raros, pero no me preocupa. Presentar una moción de confianza va a ser lo lógico, porque si no me van a marear. Me preguntabais si me duele tener los presupuestos prorrogados, y yo te digo que me duele más tener un PXOM sin aprobar que estoy seguro que si estuviera el PSOE lo aprobaría con los ojos cerrados, porque es el de Áurea Soto incorporándole la ordenación provisional. No hay cambios. Los presupuestos hay muchas formas de gobernar, si estuviéramos en un escenario normal y no retuvieran las modificaciones de crédito hasta octubre cuando solo me queda un mes para pagar.

-¿Algún mensaje optimista con respecto al plan de urbanismo?

-Los partidos que han formado gobierno y quieren ser una alternativa tienen que tener claro que es un documento clave para la ciudad. Cualquier modificación puntual del plan son dos o tres años y eso no te lo espera ningún inversionista. No entiendo el proceder del PSOE. El plan no lo ha desarrollado el concejal Cudeiro ni el alcalde, lo han realizado los técnicos bajo parámetros que se le dieron durante el mandato de la anterior corporación.

Pocos han sido los consensos entre gobierno y oposición en lo que va de mandato. Quizás por eso chirrió un poco que el año arrancara con un acuerdo a tres bandas entre PP, DO y PSOE para aumentar la cifra de asesores: «Hubo otros acuerdos, aunque no fueran de los tres grupos. También hay que tener en cuenta quien es Democracia Ourensana para ciertas personas del PSOE».

?Habla habitualmente de acercar posturas entre grupos, pero ese diálogo no se percibe en la calle.

?El sistema es perverso, pero no solo en esta ciudad. La oposición en este país tiene que cambiar.

?Pero el PSOE, por ejemplo, en los presupuestos, ¿le pide algo concreto?

?Barquero nunca te va a decir lo que quiere. Es algo que en estos dos años y medio es lo que yo no conocía de él y es lo que más rabia me da. Porque Jácome viene a Alcaldía y por lo menos pide; tú ya sabes lo que quiere. Ourense en Común marea la perdiz, es su forma de actuar. Entonces te pide un documento y más información, y tiempo para no sé cuanto... Pasan las semanas y llega noviembre y llega el interventor y te dice que no hay tiempo.

?¿Ha tirado ya la toalla de posibles acuerdos con Barquero?

?Para mí Barquero muchas veces se equivoca, pero en el grupo tiene una situación muy complicada. Con quien tiene mejor relación él es con Carmen y con Tejerina. Si estuvieran ellos tres solos sería más fácil llegar a acuerdos, pero claro tiene a un Javier Rey que intenta llegar al poder como sea, una Conchi que telita..

?Para lo que sí se pusieron de acuerdo es para aumentar los asesores políticos...

?Eso ya estaba adoptado y más que adoptado. A la primera reunión se sumó Ourense en Común y curiosamente a la semana se bajó para subirse al filón de la crítica. 

MIGUEL VILLAR

El alcalde de Ourense tiene, quizás por la vocación docente que atesora, especial interés por explicarse. «¿Sabes lo que te quiero decir?» es una de las frases que más repite durante la conversación, quizás de forma inconsciente. Es probable que piense más rápido de lo que habla y que por eso lo suyo sean las frases subordinadas. Pero también es cierto que con risas, silencios y hasta suspiros es capaz de responder sin pronunciar una sola palabra.

-Suenan, por voluntad de Núñez Feijoo, nombres de conselleiros como futuros candidatos a alcaldías. ¿Qué consejo les daría? ¿Que no contesten al teléfono si el que llama es Feijoo?

-(Risas) ¡No! Al presidente tienen que cogerle el teléfono. Cuando estás en política estás para todo. Para aquello que te puede parecer más fácil y para aquello que no parece tan fácil. Liderar un proyecto en una alcaldía, en estos momentos, no es nada fácil pero yo creo que en algún caso ya hay experiencias.

-No los desanimará entonces respecto a la aventura municipal.

-No, por supuesto que no. Alberto logra rodearse siempre de un grupo de personas que viven la política de forma entusiasta. Ellos no necesitan consejos. Y conocen perfectamente la situación y sus ciudades.

-Decía que en política hay cosas más fáciles y menos fáciles. ¿Quién le iba a decir a un conselleiro de Educación, uno de los departamentos autonómicos más sensibles junto a Sanidad, que lo de la alcaldía iba a ser aún más complicado?

-No te voy a engañar. Es más difícil de lo que uno piensa. Siempre se dice que es la política más cercana. En mi caso, yo empecé en política dando un salto a Madrid; de Madrid a un puesto de relevancia en el gobierno de Núñez Feijoo. Tuve momentos muy duros, muy difíciles... Era una situación muy controvertida, de cambio a nivel económico, con un presupuesto en descenso que te obliga a adoptar decisiones que probablemente no hubieses adoptado en momentos de bonanza. Esa época te curte y cuando piensas que has pasado lo más duro...

-Entonces entra en este despacho.

-Quería y me ilusionaba el proyecto de ciudad. Me apetecía liderar un proyecto, con un grupo de compañeros, y poder llevar a la ciudad por otros derroteros. Y pensé que aquella situación -la política lingüística, los ajustes, la dificultad para sacar plazas de oposición... fueron muchos los problemas- era muy complicada... pero siempre puede ser peor. Hay dos hechos que nos han limitado durante los dos primeros años del mandato. Lo primero es la situación de minoría. Somos diez de veintisiete. Es una minoría muy minoría. Pero no solo por capacidad de voto. Es que diez compañeros para poder atender todas las áreas... ¡es difícil la asignación de tareas! Y la segunda realidad fue la situación económica. Aunque pueda parecer paradójico, porque había remanente, nos vimos obligados a hacer un plan de ajuste económico-financiero durante el año 2015 y el año 2016, impuesto, que tú tienes que negociar para que no resulte tan gravoso para la ciudad y para los ciudadanos pero que a fecha de hoy todavía nos sigue condicionando los presupuestos porque la ley de estabilidad te posibilita crecer un tanto por ciento respecto al techo de gasto anterior. Y el del 2015 vino dado. Y el del 2016 también.

-Déjeme volver a las llamadas de Feijoo. ¿Cuándo le llame a usted para el 2019 le dirá que sí a repetir como candidato del PP? Bueno, no sé si llamará a Baltar o le llamará a usted.

-(Risas) Cuando llame... vuelvo a incidir en lo que dije antes. Cuando uno se mete en política se mete para liderar y llevar a cabo un proyecto. Y para realizar aquello para lo que se presentó. Y yo tengo proyectos para el período 2019-2023.

-Eso es un sí, entonces. Pero sin adelantarnos tanto. ¿Dígame sinceramente cuántas veces ha pensado, en serio, tirar la toalla?

-(Suspira) Es una pregunta difícil de contestar. Eres una persona y no estás solo. Tu situación afecta a más personas que te rodean. Es una situación muy dura la de gobernar. Hay mucha gente que me dice: «Yo Jesús, en tu situación, sería incapaz». Yo no soy yo solo, ni como político, porque tengo a mi lado a mis compañeros, ni como persona, porque tengo a mi pareja, mis amigos, mis hermanos, mi madre... Dependiendo del momento en el que tú estés claro que te lo replanteas. Te lo replanteas realmente todos los días. Y a mí me coge en una situación muy crítica. Pero todos los días tienes razones muy fuertes para seguir. La primera, la ciudad. Yo quiero a esta ciudad, como mínimo, como el que más. Soy un obsesionado de la ciudad. No lo digo ahora por ser alcalde o antes conselleiro y por quedar bien políticamente. Cualquier compañero de la facultad, cuando era profesor o decano, te lo puede decir. Mi obsesión era hacer cosas en Ourense. La ciudad donde vivo, donde me gusta vivir, donde quiero vivir, donde quiero seguir viviendo. Y la visualicé siempre de otra manera. Si a eso le sumas un gusanillo político y que tienes una ideología... eres carne de cañón. Tienes una ambición como ourensano.

-Deme dos titulares de ese Ourense que visualizaba cuando era profesor en el campus.

-No quiero caer en los típicos tópicos. No podemos mirarnos al ombligo. La ciudad tiene muchos recursos propios para valerse por sí misma y para proyectarse. Y no me refiero a una marca, que también, sino a la capacidad de generar empleo, que es la mejor política social. Soy de los que digo que ‘basta ya’ en ese sentido. No puede haber localismos, ¡que tampoco hay ningún virus ourensano en concreto! Tenemos recursos suficientes para, bien gestionados, proyectarnos como una capital de provincia de futuro. Cuando tú visualizas la ciudad la identificas como una ciudad con servicio para todos y cada uno de sus ciudadanos: un joven, un matrimonio, un mayor... La imagen es de luchar.

-Los tiempos de la maquinaria municipal, más lentos, ¿son la gran frustración para una persona activa como usted?

-La administración y el propio sistema tienes que conocerlo para saber después cómo funciona y a qué se debe la lentitud del mismo. A cualquier persona no poder dar una respuesta inmediata le genera un malestar. Y cuando la das, muchas veces, llega ya tarde. Pero muchas veces no depende de ti. La administración es garantista y cada vez se está haciendo más rígida. Probablemente problemas asociados a la política han hecho que en estos últimos años todavía hagamos una administración más rígida y más sujeta a normas. Y cuántas más normas, más lenta. Tiene su parte positiva pero también la negativa, para el administrado, que no logra entender cómo se puede tardar tanto en gestionar una cosa. Pero cuando estás dentro y conoces lo de dentro te das cuenta de la frustración del ciudadano que sin conocerlo cree que la clase política muchas veces no le da respuesta. ¿Puedes culpar al ciudadano de eso? No, porque se le prometen cosas que luego no llegan por la realidad administrativa. No es inmediato. Y te dicen: ¿pero cómo, usted es el alcalde y no puede? Además tenemos una falta de funcionarios. Si la administración es lenta por las propias normas y por las garantías del proceso y a eso le sumas falta de personal... pues en esta ciudad los proyectos se ven mucho más ralentizados. Si a eso le sumas la minoría, que nos condiciona... ¿Pues te genera frustración? No, quizás rabia e impotencia.

-¿Qué lección ha aprendido como alcalde?

-Todos los días aprendo cosas. Pero es difícil decir una en concreto.

-¿Cultivar la paciencia?

-¡La tenía! Tengo muchos defectos pero intento dialogar, aunque parezca que no. Soy muy institucional y respetuoso. Puedo entender incluso el juego de la oposición. Y paciencia sí la tengo. Quizás viene de la parte de la docencia. Aprendes también que no puedes dar un plazo muchas veces. En la administración local, como decía, todavía menos.

-Y esos defectos de los que hablaba, ¿alguno que influya en la vida municipal?

-Que digo las cosas tal cual son. Que soy muy directo. Eso me lleva a que a veces se enfaden conmigo. Soy así. Impetuoso.

-También en las redes sociales, donde es tan activo.

-No lo soy más que otros alcaldes. Lo de las redes sociales no tiene vuelta atrás. Pero tiene que regularse. La que denominan Ley Mordaza la critica quien no lo sufre. Si tú fueras una parte... que te insulten, que haya trolls que te machaquen... ¿Tú crees que la gente te puede estar todo el rato «Dimite inútil»? A mí me cuesta a veces no entrar al trapo en las redes sociales. Pero si entras le das a determinada gente una cancha que no merece.