Los altorrelieves de Lamazares tienen desniveles abruptos en sus picos, vértices, pozos y direccionalidad. El brutalismo ingrávido de Lamazares construye crestas, entalladuras grabadas con ácido, laderas perpendiculares, grandes zonas planas con textura, canales, torsiones, arrugas. El papel de alto gramaje y fibra larga reproduce los materiales plásticos no pictóricos y soportes tales como la madera o el cartón que Lamazares utiliza en su pintura y el cromatismo oxidado las calidades de terrosos y ocres que forman parte de la paleta del artista así como los acabados brillantes realizados con barnices. Austero, franciscano, telúrico, atlántico, reverbera sombras punzantes arrojadas, tanto como realza los perfiles en su ausencia con una línea de arista dura y trazo gestual, trémulas luces en semitonos artificiales, inmóviles. Yuxtaposición de materiales y sustancias que estructura en paisajes expansivos generando concreciones de energía ilimitada y vitalismo. Un aprovechamiento de las capacidades expresivas de la superficie de la obra por medio de elementos plásticos, garabatos y geometrías que construyen el hábitat orgánico de las serigrafías que componen Follas de sempre. Raza, emoción, barnices y empastes de pintura industrial que generan un magma pictórico de chorreos directos, salpicaduras, dripping y grattage con un lenguaje dramático y existencialista de caracteres sígnicos, un caligrama minimal plástico y poético heredero del Informalismo en sus cruces y superficies erosionadas, sedimentos que son instantes del cajón de la memoria en la realidad autónoma de la imagen.
Siluetas que se rompen en torno a un denso núcleo y formas biomórficas que fusionan proximidad y distancia en plano hacia una progresiva pérdida de la materia. Diagnosis de la alienación contemporánea, afilada carga psicológica en el análisis de la neurosis de una civilización apremiante y un desplazamiento de temas autobiográficos hacia interrogantes universales como tiempo, origen, memoria, territorio. Un paisaje de la imagen con las cicatrices de sus incisiones, apuñalamientos agresiones y curaciones que en sus sombras sin contorno geométricas y sintéticas remite a la serie de pinturas Domus Omnia y relacionan las superficies de cartón monocromático con el laberinto sígnico que compone a través de las letanías del Alfabeto Delfín, código que reconcilia el lenguaje poético con el plástico.