Cerrados por vacaciones

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

El turismo no compensa a los empresarios de la marcha de ourensanos

18 ago 2014 . Actualizado a las 07:20 h.

¿Hay o no hay este verano más gente en Ourense de lo habitual en esta época del año? Ayer las principales calles de la ciudad presentaban una inusual actividad para un domingo de agosto, máxime tratándose del puente, y las cifras ofrecen respuestas contradictorias. Así, mientras en la calle o en algunos servicios relacionados con el disfrute lúdico de la capital parece percibirse más tránsito que otros agostos, las cifras de ocupación hotelera, por ejemplo, se mantienen en valores similares. También sigue llamando la atención, sobre todo del paseante ocasional, el cierre de locales, incluso de hostelería, que deciden aprovechar este mes para tomarse un descanso.

Entre las explicaciones que los empresarios dan para esta aparente contradicción, gana por goleada la de quienes mantienen que la llegada de más visitantes no compensa la marcha de la clientela habitual. Es, dicen, la mejor época para organizar unos días de respiro para el personal o incluso planificar obras de mejora en los locales.

Reducción de horarios

Aurelio Gómez Villar, presidente de la Federación de Comercio añade otra variable. Muchos de esos visitantes de la ciudad son emigrantes de vacaciones, ourensanos de origen que ahora pasan en la provincia más tiempo que antes de la crisis, y por lo tanto su nivel de consumo en oferta hostelera no es exactamente la que haría un turista foráneo.

«Te encuentras a mucha gente que viene a pasar el día y conocer la ciudad o enseñársela a sus descendientes o invitados, pero luego se van a casa de su familia, aquí o en otros pueblos».

Pero Gómez Villar opina que cada vez el comercio cierra menos. «Hubo tiempos en los que era más habitual, incluso con algún establecimiento que bajaba la persiana todo el mes», apunta.

En contrapartida, otros que antes cerraban se inclinan ahora por la reducción de horarios, con cierres por las tardes o los sábados. Ocurre en el sector comercial, principalmente. La razón estaría en la necesidad de seguir fidelizando al cliente para que no sienta que su lugar de confianza le ha abandonado, y compaginarlo con un mayor descanso del personal «o del propio comerciante, porque no hay que olvidar que muchos de los negocios son de autónomos que no tienen otra plantilla y aprovechan esta época para irse el fin de semana a la playa o simplemente pasar más tiempo con la familia», matiza.