e dan miedo las elecciones. Hasta el 22 de mayo se nos va a juntar el hambre política con las ganas de mandar. Y es que con la campaña pasa como con la Navidad. Cada vez llega antes. Si a diario los políticos tienen ganas de salir en la foto, imagínense en temporada alta. Como si pintasen un bodegón quieren escenificar su preocupación por los ciudadanos. Cuánto les preocupan sus problemas. Qué interesados están en todo aquello que tengan que contar. Y se reúnen con asociaciones, agrupaciones, organizaciones e instituciones. Lo reconocen hasta en las convocatorias de prensa. El candidato siempre va a charlar con alguien para conocer sus inquietudes. Como si le hubiesen importado, hasta entonces, más bien poco. Se dan cita en hoteles, centros culturales, aulas multimedia, sedes oficiales... Y están encantados de haberse conocido.
Teniendo en cuenta que un curso más han dejado los deberes para el final, les recomiendo que practiquen demoscopia de autobús. Sin comitiva, sin ayudantes, sin asesores. Solos. Probablemente les resulte productivo conocer los problemas de verdad que tiene la gente de verdad. Los ourensanos, a veces, los cuentan en el bus, que se convierte en un diván gigante y con ruedas. Probablemente lo que digan no es lo que los políticos desean escuchar. Pero es lo que hay.
Un consejo por si se animan: el billete cuesta 0,78 euros. Y una petición: ese día no nos llamen para que les hagamos una foto. Resulta que no se trata de eso.
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