Por tercer año consecutivo la fundación ourensana Florencio Álvarez firmó un convenio de colaboración con la asociación contra el cáncer, aportando 11.000 euros para la dotación de un servicio ya familiar en el servicio de oncología del hospital Santa María Nai: el carrito Don Amable.
Con el convenio del 2009, la asociación extenderá esta prestación a la planta de hematología, en el hospital Cristal, donde también son tratados pacientes oncológicos. Se trata de un carrito con café, infusiones y zumos que los voluntarios portan en sus visitas de apoyo a las plantas para romper la rutina hospitalaria y aportar un respiro a los pacientes y a sus familiares.
El hematólogo José Luis Sastre agradeció ayer la iniciativa porque, al margen de que los medios profesionales sean cada vez mejores, «el tratamiento y acompañamiento del paciente es multidisciplinario»; en ese sentido, destacó y agradeció la labor de apoyo de los voluntarios, a los que «siempre hemos intentado situar dentro del grupo. Queremos daros las gracias por lo que supone todo esto para los pacientes y también para nosotros. Este carrito va a rejuvenecer y desdramatizar porque, cuanto más normal hagamos la vida del paciente, mejor».
Ambiente de hogar
La colaboración de la fundación Florencio Álvarez en los últimos años ha permitido también la adquisición de televisores, aparatos de radio y portátiles de DVD para hacer más hogareña y más entretenida las largas estancias de los pacientes.
La presidenta de la fundación, Áurea Álvarez, dio las gracias a los voluntarios y a la asociación por su trabajo, «porque nos parece importantísimo, sobre todo desde el punto de vista de la elegancia moral con que lo hacéis, que ayuda tanto a soportar la enfermedad». Justificó esa sensación de agradecimiento porque «es muy importante saber que nuestros recursos se optimizan y se usan de la mejor manera posible».
La presidenta de la asociación contra el cáncer, Maricheli Álvarez, se felicitó por la singularidad del trabajo del colectivo ourensano: «Somos el único sitio de Galicia donde hay voluntariado de hospitales, en ninguna otra ciudad lo hay».
En la línea de resaltar el papel del voluntariado, la gerente del Complexo Hospitalario de Ourense, Eloína Núñez, anunció que su equipo está trabajando «en un programa de voluntariado porque hay muchas más patologías que el cáncer susceptibles de esta figura. Hay problemas psicológicos y sociales mucho más allá de los problemas de salud física. Somos conscientes de las necesidades que no puede cubrir el personal sanitario» y en esa parcela, añade, es donde pueden actuar los voluntarios, complementando la labor de los profesionales.