Piden llamar «golpista» y no nacional al ejército de Franco

J. M. G.

OURENSE

20 abr 2009 . Actualizado a las 10:11 h.

Los Amigos da República se reunieron al mediodía de ayer en el cementerio de San Francisco para recordar, un año más, a los ourensanos fusilados por el franquismo en los campos de Aragón y O Cumial. Se hizo una ofrenda floral ante el monumento a estas personas encargándose de la parte musical la acordeonista Cristina Asenjo, que interpretó el himno de la República y el de Galicia, entre otras composiciones. El vicepresidente del colectivo, Xosé Lois Carrión, leyó un texto encabezado por versos del poema A loita continúa , de Claudio Rodríguez Fer, dedicado «ás vítimas silenciosas, as familias das vítimas».

Señaló cómo «a unión das familias cos executados foron as cartas escritas nos derradeiros momentos das súas vidas, cartas gastadas co paso dos anos de tanto ler e humedecidas polas bágoas e que permanecen nas familias como un auténtico tesouro deica hoxe». Así, puso como ejemplo la última carta de Alexandre Bóveda Iglesias, fusilado en Poio en la que dice: «Eu morro tranquilo; confío en que serei recibido donde todos queremos xuntarnos e fagoo con ledicia e confiando en Deus iste sacrificio. Quixen facer ben, traballei por Pontevedra, por Galicia e pola república e o trabucado xuizo dos homes (que eu perdoo e todos debedes perdoar) condéname...». Leyó el vicepresidente también cartas como la de Antonio Taboada Novoa, fusilado en el Campo de Aragón, quien escribió frases como esta: «Es triste que en plena juventud, cuando mejor sonreía la vida, haya que abandonarla violentamente y sólo por el delito de pensar». O la carta de Manuel Suárez Castro a su esposa. «Dile a mis hijos siempre y en todo momento que su padre perdió la vida de una manera violenta, no por ser ladrón ni asesino ni un mal ciudadano y que fue po el contrario; perdió la vida por ser persona decente, amante de todos sus ciudadanos sin fijarse nunca en el ideal que tenían ni su condición social...».

A continuación se dio lectura a los nombres de los ourensanos fusilados, que fueron decenas. Amigos da República hizo un llamamiento a la sociedad y a sus representantes para que cuando hablen de la Guerra Civil «deixen de chamar exército nacional ao exército golpista. A República represneta a legalidade. Os outros só á traizón e ao crime».

Una mujer lloraba lamentándose de que un sacerdote se negó a oficiar una misa por su padre, fusilado por ser acusado de lo que no era, comunista.