La lección del incendio de Vilanova

Cristina de la Torre

OURENSE

Indignación entre los bomberos de Valdeorras que el pasado martes sofocaron un incendio entre los insultos y la injerencia de los vecinos que criticaron su actuación

21 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

En medio de insultos, malos modos e injerencias en su labor. Así trabajaron los bomberos de Valdeorras la noche del pasado martes (les llamaron de todo menos guapos) en la extinción del incendio que se había declarado en un pajar de Vilanova, en O Barco, y se estaba extendiendo a una vivienda contigua y amenazaba a todo un barrio. El fuerte viento no ayudaba en la extinción. El nerviosismo de los vecinos, tampoco. Mientras las casas ardían, se dirigían indignados a la prensa y a los bomberos para quejarse de los medios de los que disponían y asegurando que no habían querido subir a un tejado próximo para atajar las llamas.

Ayer al mediodía aún salía humo de los restos calcinados pero las críticas prácticamente habían desaparecido y todos, incluido el pedáneo Jesús Jares muy enfadado la noche anterior, aludían a la tensión del momento. ¿Y los bomberos? Indignados, pero acostumbrados a que todo el mundo quiera decirles como hacer su trabajo. Uno de ellos, que prefiere no ser identificado, niega rotundamente que no quisieran subirse al tejado y asegura que desde el principio hubo dos bomberos frenando el avance de las llamas desde arriba, llamas que fueron avivadas por un vecino que decidió romper los cristales lo que «permitió la circulación de oxígeno», según el bombero.

Ellos entienden la tensión de los vecinos y están acostumbrados a que todo el mundo opine «pero las decisiones las toman los profesionales», aclara. También recuerda que la prioridad de su trabajo es primero, garantizar la seguridad de las personas -bomberos incluidos- y después la de las cosas. El fuego del martes en Vilanova era especialmente virulento por la cantidad de madera que había en el pajar que ardía y el fuerte viento, por eso fueron movilizadas todas las motobombas disponibles en la comarca «para no quedarnos sin agua en ningún momento». Toda la plantilla del parque de bomberos participó en la extinción y si hay alguna lección que sacar de este fuego es que la profesionalidad es tan indispensable como la calma.