Un año y un mes después de la apertura, la mitad de los nidos permanecen vacíos La iniciativa prevé primar a colectivos desfavorecidos y a los emigrantes retornados
28 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.?cho de dieciséis. La ocupación de los nidos que ofrece el vivero de empresas de la Cámara de Comercio, que lleva el nombre de Fernando Fontán en memoria del malogrado presidente de la entidad, está justo en la mitad. Un año y un mes después de que se concretase la entrada efectiva de los primeros ocupantes, la iniciativa de la Cámara de Comercio de Ourense y la fundación Incyde (Instituto para la creación y desarrollo de empresas) se mantiene a medio gas y abierta a posibilidades de emprendedores que se encuentren en la fase inicial de sus proyectos. Atrás queda una inversión inicial de 650.000 euros para la construcción del edificio propio en el recinto del Parque Tecnolóxico de Galicia, co-financiado en un 60% con fondos comunitarios (Feder), el apoyo del Inorde y también de Caixanova. Ochocientos metros Ocupa el vivero de empresas una parcela de 3.373 metros cuadrados en el recinto del Parque Tecnolóxico de Galicia. La superficie construida es de casi ochocientos metros cuadrados. Cuenta con dieciséis nidos, repartidos en dos modelos estándar: unos de 20 y otros de 25 metros cuadrados. Sin los agobios ni las exigencias que impone la dirección de la tecnopólis para el acceso a sus nidos, que requieren proyectos más maduros, el vivero de la Cámara se presenta como el primer paso para sentar las bases de una empresa. Sobre todo, cuando se trabaja con plantillas muy cortas, de menos de cinco personas. Han de ser, de acuerdo con sus exigencias, firmas de nueva creación que vayan a iniciar su actividad empresarial o profesional en el año natural en el que se formalice la solicitud, o que la hayan iniciado a lo largo del año natural inmediatamente anterior a la solicitud. Han de tener, además, la consideración de pequeñas y medianas empresas (pymes). Con esas bases, la puerta de la Cámara de Comercio está abierta para recibir las propuestas que luego evaluará un comité técnico. Y mientras la demanda no desborde a la oferta, será fácil, aunque quienes opten a uno de los nidos han de saber que, en teoría, el tiempo de estancia máxima es de doce meses, si bien el plazo es prorrogable a otros doce meses más, sin que ello se traduzca en aumentos en el precio del alquiler. Para el momento en el que crezca la oferta, se valorará no sólo la solvencia del proyecto, sino otros aspectos, como el número de puestos de trabajo que se vayan a crear, o que los promotores pertenezcan a algún colectivo que sufra desigualdades o discriminación en el mercado laboral, con especial valoración para los emigrantes retornados. La instalación en el vivero de empresas de la Cámara es, según dicen fuentes de la propia entidad, un primer paso que resulta atractivo para emprendedores. Ya no sólo por el precio, sino, fundamentalmente, por los servicios que ofrece, desde secretaría y recepción, tanto presencial como telefónica, servicio de reprografía y fax, acceso a redes telefónicas e internet, salas para presentaciones con equipamiento audiovisual, limpieza y mantenimiento de instalaciones y aparcamientos, aparte de los comunes de la tecnópolis. En el año que lleva funcionando el vivero de la Cámara de Comercio, desde que el día primero de febrero del 2005 entraron las primeras empresas, ninguna de las nueve propuestas que se asentaron en sus nidos ha llegado a agotar los plazos de estancia, para saltar a otras instalaciones. Únicamente una firma, dedicada a la comercialización de servicios de telefonía, ha abandonado las instalaciones al haber surgido diferencias con la dirección.