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06 oct 2004 . Actualizado a las 07:00 h.La banda deseñada -el cómic- se atribuye con razón un lugar en el mundo del arte, bajo el nombre de noveno arte. Y lucha para ocupar ese lugar por derecho propio. Es como si Astérix o Tintín dijeran aquí estoy, presentando sus títulos para invocar esa gloria. Lo que ocurre es que todo lleva su tiempo. Es lo que más o menos vino a decir el dibujante norteamericano Burne Hogarth con su recordada frase «los cómics no terminan de hacerse mayores». Y no me estoy refiriendo aquí a los llamados cómics para mayores, porque el cómic es y debería ser, siempre y ante todo, una lectura para menores -que puedan leerlos, precisamente para bien- aunque puedan leerlos también los mayores. El cómic es un arte y, además, puede tener acogida en los más diversos centros culturales, por lo que se refiere a su estudio o su seguimiento. Es lo que cabe comprobar fácilmente en las décimosextas Xornadas de Banda Deseñada , organizadas por la Casa da Xuventude de Ourense. Durante quince días, estarán presentes en la Casa da Xuventude, el Museo Municipal y el Edificio Politécnico.