Nada se dejó al azar. La capital sucumbió ante la villa alaricana y hasta el candidato por Ourense, Alexandre Sánchez Vidal, tuvo que dejar libre de actos electorales la mañana de ayer para acudir a la llamada del partido. La cita era en el entorno de la fábrica de curtidos. Un día soleado se encargó de iluminar el lugar elegido para la primera comparecencia. El decorado: el césped verde, los árboles en todo su esplendor, el río Arnoia de fondo. La sintonía: las campanas de la iglesia, los pájaros y el sonido de la pequeña cascada del río. Allariz aparecía sereno, silencioso y primaveral. Sólo se oían las voces de los candidatos del BNG. Bueno, eso y la megafonía de un coche que recorría la villa anunciando el mitin que Xosé Manuel Beiras daba por la noche en el pabellón de deportes. Hasta la comida que celebró toda la comitiva tuvo marcado carácter alaricano. En la torre Lombarda degustaron queso de Allariz, embutidos de Vilaboa, chuletones, bacalao, almendrados alaricanos y vino de Valdeorras.