No ha quedado claro si el documental que rastreó el origen de Cristóbal Colón arroja certezas incontestables acerca de lugar preciso donde nació el navegante judío, pero sí se atisba en él, en su tono de docurreality, el más que probable germen de un género televisivo nuevo en España. Si vuelve a cumplirse la máxima de que los programas de éxito en EE.UU. acaban llegando a este lado del océano, tarde o temprano podría aparecer algún espacio dedicado a bucear en huellas genéticas y eslabones perdidos de los árboles genealógicos. Tanto puede utilizarse la herencia celular para resolver enigmas históricos como para cotillear en vidas ajenas.
Fue así, cotejando viejos legajos, mohosos recortes de prensa y evolucionados análisis de ADN cómo Finding Your Roots (Encuentra tus raíces) reveló a Julia Roberts que su apellido marca registrada no es tal, porque su tatarabuela siguió teniendo bebés después de que su marido, el señor Roberts, hubiese fallecido. Los investigadores del programa, inasequibles al desaliento, siguieron el rastro hasta un vecino, de apellido Mitchells, que solía hacerle compañía. En otro episodio, Michael Douglas se remontó por las raíces rusas y los secretos de sus antepasados Danilovich y averiguó que comparte un puñado de cromosomas con Scarlett Johansson, demostrando así que Hollywood, igual que el mundo, es un pañuelo.