«Mientras Sarah daba una caminata con un traje espacial, Farzana salía a buscar agua enfundada en un burka medieval»
OPINIÓN
Asimetrías
Sarah Gillis y Anna Menon, tripulantes de la misión Polaris Dawn, son las mujeres que más lejos han estado de la Tierra. Zahra Azizi y Farzana Amiri son dos mujeres afganas que viven en la profundísima sima en la que el régimen talibán las ha enclaustrado. Mientras Sarah daba una caminata espacial con un traje de ingeniería punta, Farzana, con su voz secuestrada por «el vicio y la virtud», salía a buscar agua en un cántaro enfundada en un burka medieval y acompañada por un familiar, varón. El comandante de la misión, al observar el planeta desde su privilegiada atalaya, pronunció estas palabras: «En casa tenemos mucho trabajo por hacer… pero desde aquí la Tierra parece un mundo perfecto». El multimillonario Jared, quizá, al tocar con su manos las estrellas se imaginó a una hija de Zahra graduándose en astrofísica por la Universidad de Kabul. F. Javier Santos. Porto do Son.
Sufrimos acoso e a policía non axuda
Todo comezou co intento de darlle algo de vida á finca da nosa avoa, nunha aldea da Pobra do Caramiñal. Empezouse a construír unha casa humilde, pouco a pouco. Sen embargo, non tardaron en chegar as primeiras protestas: «Por qué pos iso aí?», «iso non podes facelo desa maneira», ou, a miña favorita, «isa cheminea está mal colocada, vaime vir todo o fume». Vaia! Nós pensando que o noso veciño fora mariñeiro e resulta que tamén é arquitecto e enxeñeiro. Hai xente que sabe de todo... A partir de aí, a cousa foi costa abaixo e sen freos. Cada vez que iamos á nosa casa aparecía algo roto: tres pechaduras, o telefoniño, o foco, etcétera. Á parte, tíñamos que aguantar o acoso verbal que sufriu a miña nai por ir á súa propiedade. E digo aguantar porque a resposta das autoridades foi nula. Ante a denuncia destes graves feitos, a acción da policía local da Pobra foi levantar os ombreiros e soltar un «nós non podemos facer nada», «con esta xente non serve de nada o que lle digamos». O único que ofrecen é denunciar e «pasarlle a bola» ao penal. Claro, mentres chega a reunión ca súa señoría nunha hipersaturada xustiza, tes que aguantar o acoso. Roberto Prado. Pobra do Caramiñal.
Asimetrías
Sarah Gillis y Anna Menon, tripulantes de la misión Polaris Dawn, son las mujeres que más lejos han estado de la Tierra. Zahra Azizi y Farzana Amiri son dos mujeres afganas que viven en la profundísima sima en la que el régimen talibán las ha enclaustrado. Mientras Sarah daba una caminata espacial con un traje de ingeniería punta, Farzana, con su voz secuestrada por «el vicio y la virtud», salía a buscar agua en un cántaro enfundada en un burka medieval y acompañada por un familiar, varón. El comandante de la misión, al observar el planeta desde su privilegiada atalaya, pronunció estas palabras: «En casa tenemos mucho trabajo por hacer… pero desde aquí la Tierra parece un mundo perfecto». El multimillonario Jared, quizá, al tocar con su manos las estrellas se imaginó a una hija de Zahra graduándose en astrofísica por la Universidad de Kabul. F. Javier Santos. Porto do Son.
Línea 5 en Santiago
Vivo en la Rocha Vella (Santiago) y el bus de la línea 5 tiene dos paradas finales, Rocha y Rocha Vella. El problema es que el último bus a Rocha Vella llega a las 21.20 horas (a Rocha llega uno a las 22) y de Rocha a Rocha Vella hay una cuesta de 10 minutos andando, mientras que en bus serían solo 2 minutos. Esto causa problemas a las personas mayores, que no pueden subir la cuesta, y a los que salimos de estudiar tarde y nos encontramos con esa cuesta de noche y en invierno con lluvia. Si el último bus a Rocha siguiese hasta Rocha Vella, nos ayudaría mucho a todos los vecinos, y no veo el problema: solo son dos minutos más y ya existe una parada ahí. Iago Aller. Santiago.
Cita médica
Tengo 86 años y problemas sanitarios que requieren revisiones periódicas. El año pasado, en mayo, se me solicitó una analítica y cita para mayo de este año, y a fecha de hoy no la doy conseguido (ni siendo ellos mismos quienes la solicitan). Los mayores parece que no merecemos ni agua, pero sí contamos para pagar nuestros impuestos religiosamente. Gabriel Montoiro Lata.