El día que tembló Putin

 Jorge Quindimil
Jorge Quindimil PROFESOR DE DERECHO INTERNACIONAL Y RELACIONES INTERNACIONALES. UNIVERSIDAD DE A CORUÑA

OPINIÓN

SPUTNIK | REUTERS

26 jun 2023 . Actualizado a las 15:03 h.

Este 24 de junio se vivieron las 24 horas más desafiantes para Putin en sus casi 24 años en el poder. Desde 1999, Putin ha construido una autoridad basada en la fuerza dentro y fuera de Rusia que alcanzó su cénit el 24 de febrero de 2022 con la agresión a Ucrania. El mayor activo de Putin en la guerra, el líder del grupo paramilitar Wagner, Prigozhin, protagonizó este sábado el primer gran desafío al poder de Putin desde su ascenso al poder y desde el inicio de la guerra.

Sin embargo, el pulso del mercenario duró apenas un día. Se desconocen las claves que llevaron a Prigozhin a rendirse tan rápido, como también se desconoce si estamos ante una señal de fortaleza de Putin, o de un síntoma de debilidad que pueda suponer un punto de inflexión en su futuro y en el de la propia guerra.

Prigozhin llevaba meses formulando duras críticas contra la cúpula militar del Kremlin, el ministro de Defensa, Shoigú, y el jefe del Estado Mayor, Guerasimov, mientras él se erigía en patriota y artífice de grandes victorias en el campo de batalla. De hecho, la única gran victoria militar que se apuntó Rusia, Bakhmut, no fue gracias a su ineficiente ejército regular, sino gracias a los paramilitares de Wagner.

La ambición errada de Prigozhin, espoleada por su propaganda y por supuestos ataques rusos a posiciones de Wagner, le llevó a ordenar a sus hordas de mercenarios que abandonasen el frente ucraniano para avanzar en dirección a Moscú, pasando por la ocupación de Rostov. En palabras del oligarca mercenario, «no es un golpe de Estado, es una marcha por la justicia» con 25.000 efectivos que se dirigían con tanques a Moscú para poner de manifiesto «la corrupción, el engaño y la burocracia» de la cúpula militar rusa y sus mentiras para justificar la invasión de Ucrania.

Para Putin el levantamiento de Prigozhin sitúa al país bajo la amenaza de una guerra civil, apelando a la comparación con la revolución de 1917. La comparación es relevante para especular sobre las posibles consecuencias de este levantamiento, pues sería, al menos, la cuarta vez que una guerra fuera de sus fronteras podría tener consecuencias sísmicas en la propia Rusia, tras la guerra ruso-japonesa, la primera guerra mundial y la guerra de Afganistán. En estas tres ocasiones, el poder del Kremlin se debilitó, y dos de ellas dieron lugar a un cambio de régimen, con la caída del Zar Nicolás II en 1917 y con la caída de la URSS en 1991.

Hay una similitud sustancial con la actualidad: Putin, igual que Nicolás II y Gorbachov, está inmerso en una guerra que no parece capaz de ganar.

¿Será que no hay dos sin tres?