«La vida de Brian»

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

28 may 2023 . Actualizado a las 18:13 h.

Menos mal. Menos mal que John Cleese, de los Monty Python, ha negado que vaya a pasarle la tijera a la versión teatral de La vida de Brian. Los actores dieron una voz de alerta curiosa. Avisaron a Cleese de que la escena en la que un hombre anuncia de forma repentina a sus amigos que quiere ser mujer y parir hijos podría herir sensibilidades. «¿Dónde vas a gestar el feto, lo vas a meter en un baúl?», le dicen. La cuestión es que la bola de nieve fue rodando, dando por hecho que Cleese censuraría esa parte para evitar polémicas. Pero el humorista lo ha negado. Extirpar ese fragmento al largometraje sería como arrancarle una espina a un erizo. Ilógico. Porque La vida de Brian no es otra cosa que una sucesión de irreverencias que se estrenó en los cines en 1979. Hace más de cuarenta años ya intentaron frenar la exhibición de la película desde distintos frentes y países. Extremos que, más que tocarse, se abrazaban con la intención de asfixiar la carrera comercial de la producción. ¿Quién puede darse por aludido en este festival de los Monty Python? ¿Quién recibe los disparos en este tiroteo audiovisual? Pues eso es lo mejor del largometraje. Su humor es tremendamente democrático. Nadie está a salvo. Cualquiera puede verse masticado alegremente en las fauces de esta comedia. Los cristianos, los judíos, los israelíes, los palestinos, los pobres, los pijos, los leprosos, los imperialistas, los revolucionarios, los poderosos, los escindidos de la izquierda, los lapidados, los Reyes Magos... Y los romanos. Por supuesto. Que se lo merecen más que nadie. Porque, al fin y al cabo, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?