Eólicos, réquiem por Galicia

Antonio Abril Abadín PROPIETARIO AFECTADO POR EL PARQUE EÓLICO DE ENCROBAS

OPINIÓN

PEPA LOSADA

19 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La sorprendente declaración de impacto ambiental (DIA) favorable al proyecto de parque eólico de Encrobas es el último episodio del constante deterioro que está sufriendo uno de nuestros bienes más preciados: nuestro patrimonio medioambiental y cultural. La DIA es un cúmulo de tópicos y lugares comunes de los que resulta claro que no importa qué elementos ambientales o de otro tipo puedan resultar afectados, todo se justifica con las «debidas condiciones» que, evidentemente, no van a impedir que se destruya para siempre, salvo que la justicia y el sentido común lo impidan, un entorno medioambiental privilegiado, de los más bellos de Galicia y a solo 30 minutos de A Coruña, el del lago das Encrobas y el nacimiento del río Barcés. Las 484 alegaciones que hemos hecho particulares y asociaciones son despachadas de manera conjunta en un solo párrafo de las 31 páginas. Ni una sola línea se dedica de verdad a describir y juzgar el valor paisajístico del entorno. ¿No hubiera merecido al menos una cita el informe científico encargado en el 2015 por Gas Natural Fenosa a la Universidad de Santiago-Estación de Hidrobioloxía Encoro do Con, titulado La biodiversidad en el lago de la mina de Meirama y su entorno? En él se destaca el alto valor ecológico y se recomienda la conservación de la totalidad del área, de manera que se garantice la protección de las especies presentes y de sus poblaciones.

Es evidente que el papel lo aguanta todo y obviamente los afectados no tenemos el poder y la influencia que sí tiene el lobi eólico para justificar lo injustificable. Los parques eólicos pueden llamarse «energía verde» (también lo es la nuclear, al parecer), pero desde luego son altamente contaminantes. Producen un impacto visual y acústico tremendo, afectan a la salud de las personas y deterioran de manera irreversible el entorno donde se instalan. Bien que lo ha reconocido la propia Xunta al denegar, por ejemplo, el parque eólico de O Merendón en Pontevedra porque «el proyecto produciría unos impactos críticos sobre el paisaje que alterarían de forma irreversible los valores de las áreas especiales de interés paisajístico más afectadas sin que tales efectos puedan mitigarse con ningún tipo de medida correctora» (sic).

Habría mucho que hablar sobre la política energética del Gobierno de España y la deriva hacia las renovables. No se cuestiona su necesidad, pero en condiciones y lugares adecuados y no a costa de lo mejor de nuestro patrimonio natural. Madrid no tiene ningún polígono eólico, el País Vasco tiene solo tres, en el Reino Unido solo se construirán polígonos eólicos en el mar. Asusta ver que, de llevarse a cabo todos los proyectos de parques eólicos actualmente en tramitación, Galicia llegaría a contar con un total de 8.237 aerogeneradores, de los cuales 4.026 están ya construidos. Un total de 106.878 viviendas quedarían dentro de la superficie de estos polígonos y 13.122 estarían a menos de 500 metros de un aerogenerador. Y los que puedan venir detrás...

Galicia exporta energía. ¿Es justo que asumamos los gallegos tan alto coste? Urge revisar nuestra normativa de protección medioambiental (Red Natura, Reservas de la Biosfera, Camino de Santiago…) para que sea capaz de poner fin a este desastre.