Biogás: más vale tarde que nunca

Eduardo Vázquez Martul AL DÍA

OPINIÓN

STRINGER | REUTERS

04 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Estos días he leído a toda plana que Reganosa, Repsol y Naturgy producirán biogás con purines. Buena noticia, sin duda, y más aún ante la crisis energética que existe que, si no se arregla, el frío este invierno congelará nuestras mentes confusas. Era allá por 1978, disfrutando de un largo fin de semana en Francia tras el trabajo semanal, cuando me hospedé en una casa rural en la dulce Normandía. En aquellos lejanos años, Francia ya estaba salpicada de casas rurales por toda su geografía. Por la mañana, muy temprano, los días empezaban a ser fríos, y con el olor de los croissants recién hechos pregunté al propietario la causa del ambiente tan confortable que en aquella casa se respiraba. Me contestó que era el sistema de calefacción. Era granjero con mucho ganado, y los granjeros o agricultores en la Francia de aquellos años eran unos privilegiados. Vivían sin penurias. Me enseñó la causa de su bienestar a mínimo coste. Transformaba los purines en energía confortable con ayudas estatales. Cuando volví, conté lo sucedido. Pocos me dieron crédito. «Non te creen porque e xente non viaxada», decían algunos.

A la vista de esta noticia de rescatar el metano para producir energía, bien sabido desde hace tiempo, es un indicador de que nuestros políticos u hombres de empresa deberían viajar más, observar, estudiar y copiar lo bueno que ya existía en los libros de ciencia. Aún quedan asignaturas pendientes que solo se resuelven cuando aplicamos el conocimiento y los avances de los más inteligentes y no de los «favoritos o bien situados» en los responsables de la res publica. Pero claro, nunca es tarde si la dicha es buena, dice el refrán. Hay que indagar por qué unos países están más arriba que nosotros cuando sabemos que mucha de nuestra inteligencia está muy bien valorada en los más prestigiosos centros de ciencia foránea, pero despreciada o poco valorada en nuestra tierra. Casi todo está escrito, y en ciencia lo que no está escrito no existe, el problema es aplicarlo. La ciencia no es de derechas ni de izquierdas, únicamente la prioridad de su aplicación, pero exige un compromiso del político de turno con la inversión adecuada. El ahorrar en este capítulo trae más gastos y tardanzas innecesarias.