Bruselas yerra

Manuel Blanco Desar ECONOMISTA

OPINIÓN

Gustavo Rivas

23 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La pesca en Europa casi no le interesa a nadie con entidad. De entrada, no interesa en los Estados sin mar —como Austria, República Checa, Eslovaquia o Hungría— y apenas en los orientales y bálticos. Esta es la tozuda realidad. De manera que los intentos de transformar la percepción estratégica de la pesca en la Unión pasan por explicar su trascendencia para nuestra soberanía alimentaria, igual que debe suceder en el terreno industrial, militar o tecnológico.

Hasta la adhesión de Irlanda, Dinamarca y el Reino Unido a la CEE en 1973, la pesca era una excentricidad en la PAC y ridículo su peso socioeconómico. Por eso debemos convencer a la mayoría de nuestros conciudadanos europeos que aborrecen el pescado que quienes sí lo comemos dejamos así de consumir otros alimentos, que a su vez dependen de importaciones como abonos o grano para nutrir a vacas, cerdos o gallinas. Y ojo, porque somos cada vez más deficitarios en proteínas de origen animal carentes de esos insumos.

Nos cortan el gas. Entregamos nuestra construcción naval. Dependemos de mascarillas y chips foráneos para cuestiones vitales. Ahora esto de la pesca. En volumen de capturas, la Unión Europea va detrás de China, Indonesia, India, Rusia y Perú, y en producción acuícola hasta de Vietnam. Somos solo el 3 por ciento de la producción pesquera mundial, frente a casi el 40 % de China y el 11 % de Indonesia. Así están las cosas. Los chicos de Greenpeace arrojan pedrolos en los caladeros europeos para destrozar las artes de nuestros pesqueros, pero no tienen narices de hacérselo a los foráneos.

Bruselas yerra porque funciona mal. Nombra comisarios a representantes de partidillos de pequeños Estados que poco o nada saben ni se interesan de lo que ponen en sus manos. Es el caso del comisario responsable de pesca, perteneciente a la Unión Campesina lituana. Por cierto, brillante e irónica idea la de unir Medio, Océanos y Pesca en la Rue de la Loi 200. ¿Quién defiende los intereses estratégicos de Europa? Cargarse la flota europea, y con ella a sus capitanes, pilotos y marineros, es un suicidio, como lo fue con los ingenieros navales a base de ceder ante nuestros competidores. Ese capital humano no se improvisa. Si hubiese partidos con visión global europea no sucedería, porque alguien defendería la prioridad estratégica de preservar nuestras capacidades. Pero claro, estamos en manos de indocumentados con algún máster, amamantados por las ubres de tinglados nacionalistas. Bruselas yerra y debe corregirse mientras no cambie esta situación estructural. Luego que nadie se lamente por sufrir chantajes de tiranos, o de que surjan fanáticos locales, como hemos visto en Suecia.