El Estatuto del Artista

MIguel Lorenzo SENADOR Y PORTAVOZ DE CULTURA DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN LA CÁMARA ALTA

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

28 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace justo un año, el 27 de julio, que el Gobierno socialista aprobó la creación de una Comisión Interministerial para el Desarrollo del Estatuto del Artista, un marco jurídico de 75 bases que recibió el visto bueno por unanimidad tres años antes en el Congreso de los Diputados y que no se había desarrollado. Parecía un avance, pero recuerdo haber expuesto mi sospecha de que fuese una huida hacia delante de un Gobierno que deseaba apaciguar al sector de la cultura, un ámbito al que siempre considero afín y al que tenían decepcionado. Mi convicción es que la cultura no tiene ideología y es de todos.

Por desgracia compruebo que no me equivoqué. Pasó un año y poco sabemos de esas medidas que llevarían al trabajador cultural al siglo XXI. Apenas se adoptaron algunas a raíz de la contrarreforma de la reforma de la ley laboral, pues habían ignorado por completo las particularidades del trabajo en el sector. Gracias al clamor que se formó, el Gobierno tuvo que rectificar.

No hubo nada más. No son capaces de avanzar en el desarrollo de una normativa que aplique la prestación especial por desempleo, que entró en vigor durante la pandemia y hoy ha desaparecido, o de definir la ampliación de la compatibilidad de las pensiones de jubilación con el ejercicio de la actividad artística y la percepción de derechos de propiedad intelectual. No se ha concretado la revisión y actualización de la oferta educativa en la formación profesional o en enseñanzas artísticas. Tampoco hay noticias sobre la desgravación fiscal de los gastos de instrumentos y herramientas de trabajo o representación artística. Y ni hablar sobre la rebaja del IVA en la cultura.

Otro año perdido. Eso sí, el Gobierno no cesa de anunciar que está cumpliendo con el desarrollo del Estatuto del Artista y que 23 de esas medidas tan aguardadas están consensuadas. Sin embargo, al Parlamento no ha llegado ninguna. Siempre son anuncios y jamás hay nada efectivo. Es el Ejecutivo de la propaganda, el del «fago que fago e non fago nada».Y así nos va.