Estamos aceptando lo inaceptable

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

OPINIÓN

ANDREA FASANI | EFE

19 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Vivimos en una utopía donde «todo vale»

El ser humano siempre se ha sentido más atraído por la incertidumbre del futuro que por el pasajero presente. Tal vez lo más sencillo sea preocuparse por algo que no depende de ti, en lugar de centrarse en el «ahora».

Somos seres contradictorios, incomprensibles, que se empeñan en complicar lo sencillo. Tenemos el récord Guinness en poner excusas. El cambio climático mejor lo dejamos para mañana; de la inflación y el alza de los precios nos quejamos en Twitter; de la guerra en Ucrania publicamos una foto en Instagram y nos olvidamos del tema a las dos semanas.

Salimos de un confinamiento prometiendo mejorar, pero hemos caído en una utopía donde «todo vale». Estamos normalizando y aceptando situaciones inaceptables. El resentimiento de la gente se palpa cada vez más en las calles y no es de extrañar. En tanto, los políticos no llevan a cabo ninguna medida para evitar el desesperante escenario económico del próximo invierno.

Nos preocupamos por el futuro, pero no llevamos a cabo ninguna acción en el presente para evitarlo. Es triste ver como seguimos sin aprender nada y como gente con capacidad para cambiar las cosas empieza a perder las fuerzas. Entretanto dejamos a ciertos «personajes» tomar la voz, como el alcalde de la ciudad de Ourense, el cual celebró la subida de las temperaturas a causa de la ola de calor, en lugar de tomar medidas para combatirla o al menos facilitar el sobrellevarla a sus habitantes.

La gente, a menudo, suele idealizar el futuro y es curioso cuánto nos gusta pensar más en el «después» que en el «ahora». Tal vez sea porque se requiere de mucha valentía para atreverse a romper con ese «ahora» y empezar a construir ese ansiado futuro.

Dicen que eso es ser ilusos, yo prefiero llamarlo «una forma de supervivencia» porque no siempre la indulgencia ayuda a solucionar las cosas. Nerea Dorado Fariñas.

Atraco á sanidade pública

Hai dous anos tiven un accidente de moto no que rompín unha perna. No hospital público Chuac, colocáronme dúas placas metálicas para suxeitala. Un ano despois, cos meus ósos perfectamente reconstruídos, tiven necesidade de quitarme os ferros. Pero ao chamarme o Sergas, dixéronme que tiña programada unha operación pero que tiñan que derivarme a un hospital privado. Eu negueime a trasladarme e a enfermeira advertiume de que se escollía un hospital público entraría nunha lista de máis dun ano de espera. Ante isto, pedín que me enviasen esa información e as súas consecuencias por escrito, ao cal negouse. Trátase de non deixar rastro dunha mala práctica e dunha estratexia privatizadora que raia o ilegal? Calquera persoa nunha situación de enfermidade ou dor, automaticamente acepta a solución privada, aceptando que os recursos públicos que pagamos os traballadores con moito esforzo sexan desviados de forma descarada.

No proceso de curación da perna tiven que ser intervido varías veces e nas tres produciuse o mesmo proceso de chantaxe. Actualmente sigo en lista de espera para unha terceira operación. Xosé Abad.

¿Energías verdes?

La derecha del Parlamento Europeo se entrega a las energías gasística y nuclear en un intento de convertir en renovables dos energías claramente contaminantes. Se podría decir que es lo más funesto que ha votado para entorpecer el objetivo de cero emisiones. Con esta regulación, la Eurocámara restará inversiones que deberían ir destinadas a la transición ecológica, agravando, por tanto, la crisis climática y elevando considerablemente el importe de la factura eléctrica, ya que ambas energías son más graves que las renovables. Miguel Fernández- Palacios Gordon.