No sabe nada, Jon Nieve. Los poderes fácticos que sostienen la herencia de Juego de tronos ya trabajan en un proyecto para traer de vuelta al desterrado comandante de la Guardia de la Noche y reanudar a su lado el camino hacia la gloria.
La inmensa producción de series que salen al mercado cada año ha convertido en un arte el reciclaje de tramas y personajes. El del bastardo de Invernalia era un papel demasiado suculento como para no intentar al menos resucitarlo una vez más. Un pequeño porcentaje de aquel éxito planetario que obtuvo HBO a partir de las novelas de George R.R. Martin sería un incentivo más que suficiente para no dejar morir la historia en el día en que Bran Stark ascendió al trono mientras su medio-hermano partía con los hombres libres a explorar el norte. Mil lances y batallas pueden estar por vivir en aquellas tierras indómitas si los guionistas superan la prueba.
Juego de tronos intenta seguir así una estrategia parecida a la que aplican otros universos de historias épicas, como Star Wars o Marvel, en sus producciones derivadas: la de alternar secuelas rebuscadas basadas en personajes secundarios con el retorno esporádico de sus cabezas de cartel. En agosto llegará a HBO Max La casa del dragón, que revisará la parentela de los Targaryen. Tal vez Jon Nieve regrese después.