¿Presionará Putin el botón nuclear?

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

DYLAN MARTINEZ

06 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Rusia no iba a ocupar y luego anexionarse Crimea en el 2014. Lo hizo. Rusia no iba a entrar en el conflicto de Dombás y lo hace desde el 2014. Rusia no iba a invadir Ucrania y lo hace. Rusia no iba a atacar objetivos civiles y lo está haciendo sin parar en las ciudades ucranianas. Putin ha hecho todo lo que ha dicho que no iba a ocurrir. Estamos ante una personalidad muy compleja que tiene el poder absoluto de una potencia nuclear.

Putin ha recuperado la estrategia de la guerra fría, amenazar con sus armas nucleares, lo que los expertos llaman escalar para desescalar. Pero, como señalan esos mismos expertos, no hay que seguir creyendo que no llevará a cabo sus planes. Uno de los que mejor conoce al zar del Kremlin es el premio Nobel de la Paz, Dimitri Muratov. Este hombre ha explicado a la BBC que «las palabras de Putin suenan como una amenaza directa de guerra nuclear».

Dimitri Muratov, editor en jefe del periódico Novaya Gazeta, añade que «en ese discurso televisivo, Putin no estaba actuando como el amo del Kremlin, sino como el amo del planeta». Es un matiz importante. Así se siente el ex espía que trepó hasta lo más alto, el hombre que cree que Gorbachov era un flojo que le robó a Rusia lo que siempre fue suyo, las repúblicas como Ucrania, que la rodean. Putin es un nostálgico de la Unión Soviética. Nunca comprendió que Gorbachov entregase el imperio soviético. Él quiere ser el jefe de ese imperio, de ahí su amenaza nuclear, aunque su ejército esté dejando mucho que desear sobre el terreno en Ucrania.

Una personalidad como Putin no sabe perder. Ha incrementado los bombardeos sobre las ciudades, porque la invasión relámpago no le está saliendo. Amenaza con el botón nuclear, porque las sanciones económicas están causando un daño inmenso a Rusia. Tiene que redoblar su apuesta. Sabe perfectamente que si el sistema económico colapsa, detrás, a pesar de su mano férrea, puede colapsar el sistema político. Lo vuelve a explicar Muratov: «De la misma manera que el dueño de un auto reluciente presume haciendo girar su llavero en el dedo, Putin estaba haciendo girar el botón nuclear. Ha dicho muchas veces: ‘si no hay Rusia, ¿por qué necesitamos el planeta?’. Nadie ha prestado atención. Pero esta es una amenaza de que si Rusia no es tratada como él quiere, entonces todo será destruido».

En Occidente seguimos creyendo que no presionará el botón nuclear. Pero no todos. Algunos militares apuntan a una posible explosión entre Inglaterra y Dinamarca en el mar del Norte para asustar de forma definitiva al planeta, para que frenemos el aislamiento al que está siendo sometido. Putin no es hombre que se deje someter. Putin no es un líder que sepa perder. En Ucrania no va perdiendo, pero tampoco ganando como creía. En Rusia va perdiendo. Oligarcas rusos por primera vez se han distanciado de él a pesar del miedo que le tienen. No quieren ser una nueva Corea del Norte, desconectada del mundo, e invasores de un país arrasado. Una explosión controlada, primero en una zona sin población, para enderezar la derrota estratégica. ¿Por qué no? Es Putin, frío como un iceberg y, como el iceberg, lo oculta casi todo.