«Estaba haciendo la mona en el balcón y se cayó».
—Jo… Maldito Newton.
—¿Newton? ¿Por qué?
—Por la ley de la gravedad, hombre.
Así son las cosas. Si te caes por hacer tonterías, la culpa es de Newton. Y eso que el pobre ni siquiera inventó la gravedad, sino que solo enunció su ley, su physis, que diría el griego.
Este símil tiene relación con la sempiterna situación socioeconómica de España. Un país apuntalado desde hace más de 30 años y dado al desparrame por sus presuntas élites. Lo que se está gestando no nos gusta nada a los europeístas. Me refiero a lo de embridar el déficit y la deuda desde Bruselas, y sobre todo a hacerlo de forma opaca con eso que ahora llaman operational arrangement —arreglo operativo— para recibir los miles de millones comprometidos tras el covid. Papeles secretos. Algo obsceno e incompatible con un Estado y una Unión de derecho. Algo propio de tiranos nazis y comunistas, como el Pacto Ribbentrop-Mólotov, que facilitó la Segunda Guerra Mundial.
Vaya por delante que esta es una chapuza mala para todos. Mala para España, mala para la Unión y pésima para los ciudadanos hispano-europeos. Abominable para los europeístas. Porque, quede claro, los funcionarios de la UE no son necesariamente europeístas, al igual que el administrativo de un ayuntamiento tampoco tiene por qué amar más a su municipio que un humilde ciudadano y contribuyente.
Pronto se verá cómo desde Madrid le echan las culpas de los ajustes y recortes que vienen en camino al Golem de Bruselas, al chivo expiatorio, que sirve de espantajo para hacer a destiempo lo que nunca se quiso con menores costes si se hubiese hecho a tiempo. Verán lo que tardan en decir desde Hacienda o la Seguridad Social «es que nos obliga Bruselas».
Los de Bruselas son tontos redomados por prestarse a este enjuague. A lo mejor por eso están tan bien pagados. Por ejemplo, siguen con la matraca de que muchos males españoles se arreglarían con la Ley de Unidad de Mercado, como si esta porción del territorio de la UE no formase ya parte del mercado único europeo. Y si ven que no es así, procedan. Pero van a rebajar las pensiones de los jóvenes y culparán al Golem. Cómo no va a crecer la desafección a Europa. Callarán los más de 20 años que llevan advirtiendo de que con dos cotizantes escasamente productivos por pensionista no hay Seguridad Social que sobreviva. Al final, la culpa del morrazo no es de quien hacía el tonto en las alturas. Es de Newton, o de los bomberos, que no extendieron la red de seguridad.