¿Presos por Presupuestos?

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

Javier Etxezarreta | Efe

21 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Paz por presos. Eso es lo que ofrecía ETA en sus estertores, cuando todavía asesinaba, secuestraba y chantajeaba. La propuesta era obscena ya en su enunciado, porque la paz se firma entre dos bandos que están en guerra, y no entre las víctimas y unos asesinos que disparan en la nuca a personas inocentes. Pero, incluso obviando esa tramposa referencia a la paz, pretender que quienes estaban encarcelados por crímenes atroces obtuvieran la libertad simplemente por el hecho de que sus compañeros en libertad dejaran de asesinar era un insulto a la justicia, a la democracia y a la dignidad de las víctimas.

Todos los gobiernos de la democracia hablaron con ETA para tratar de acabar con el terror. Pero ninguno aceptó el chantaje de liberar a los que mataron a cambio de que otros no maten más. ETA siguió asesinando hasta que se le acabaron las balas, el dinero y el refugio. Y desapareció sin que se pagara el precio de liberar a los criminales.

Pero si aquella oferta de paz por presos resultaba democráticamente inaceptable, la que se plantea ahora es aún más repugnante moralmente. Ya no se trata de paz por presos, sino de presos por Presupuestos, como bien explicó Arnaldo Otegi, hablando esta vez claramente. Lo que plantea el terrorista y secuestrador reconvertido en político es que aquellos asesinos, que ni siquiera salieron de la cárcel cuando ETA dejó de matar, salgan ahora si los herederos de la banda apoyan los Presupuestos presentados por Pedro Sánchez. El presidente negó ayer que vaya a aceptar ese trueque y aseguró que él no liberará a los presos. Pero si al líder de EH Bildu se le exigen hechos, y no palabras, a él también habrá que medirle por lo que suceda, no por lo que proclame. Después de lo dicho por Otegi, si el Gobierno aprueba los Presupuestos con el apoyo de EH Bildu, justo cuando el País Vasco va a asumir las competencias en materia de prisiones, habrá que aplicar el test del pato: si parece un pato, y nada y grazna como un pato, entonces probablemente sea un pato.

El tiempo dará o quitará razones. Pero todo indica que asistimos a un guion preestablecido. Y sería conveniente por ello que ni siquiera las víctimas caigan en el error de asumir el discurso del Ejecutivo de que el paso dado por Otegi es «insuficiente» porque antes es necesario que pidan perdón y cesen los ongi etorris a los asesinos. Lo que equivale a decir que, cuando eso suceda, será suficiente. Ten cuidado con tus deseos porque se pueden cumplir, dice el proverbio. Cualquier día, las víctimas que exigen a Otegi que les pida perdón pueden encontrarse con que se lo pida, como se lo ha pedido el Prenda a la mujer a la que violó. ¿Qué le cuesta a Otegi? Nada. ¿De qué les serviría a las víctimas? De nada. Pero entonces se les dirá, como ha hecho ya Zapatero sin pudor, que tienen que pasar de la «coexistencia pacífica» con los asesinos a la «convivencia». Y que, pedido el perdón y acabados los ongi etorris, los presos a la calle y bienvenidos los votos de Otegi.