Los recuerdos

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OPINIÓN

Kike Rincón | Europa Press

26 sep 2021 . Actualizado a las 10:01 h.

Los padres desarrollamos, por supervivencia, la capacidad de oír las series infantiles, pero no escucharlas. Aún así, a fuerza de repetir los capítulos, alguna frase se cuela. Esta semana me tocó una que me pareció ñoña al principio, pero que se me quedó enganchada: «Los recuerdos son trocitos de amor que aparecen cuando más lo necesitas». Cuidado, que la dice la madre de una descendiente de Blancanieves, que vive con siete enanitos en pleno siglo XXI.

La sentencia no me pudo pasar desapercibida en estos tiempos, en los que me debato con cierta ansiedad entre guardar recuerdos (de manualidades a dibujos, también pequeños objetos, prendas y, por supuesto, fotos) y vaciar armarios y cajones de lo que no es imprescindible. Sigo un comportamiento errático a ese respecto porque me cuesta renunciar al placer de encontrar aquel periódico que hicimos en el campamento de 6º de EGB en Portomarín, la camiseta firmada de Duncan Dhu o las huellitas de colores que nos mandaron a casa el primer año de Galiña Azul. En lo que sí intento ser inflexible es en la generación de nuevos recuerdos 2.0: mejor no perderme ni un minuto de algo que tener un vídeo larguísimo y malísimo.

Me pregunto si quienes lo han perdido todo en La Palma, ante semejante catástrofe, pensaron en meter en sus bolsas algún recuerdo. ¿Qué se te pasa por la cabeza cuando te dicen que tienes que recoger tu vida en unos minutos? ¿Cómo decides qué es lo importante cuando sabes que te vas a quedar sin hogar? ¿En caso de supervivencia, qué es necesario y qué es frívolo? No tengo ni idea de cómo reaccionaría, más allá de lo imprescindible. Creo que intentaría meter en el coche las cajas de recuerdos. Algunos trocitos de amor.