El éxito de todos los fracasos

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

Jesús Hellín

06 sep 2021 . Actualizado a las 11:36 h.

Hasta me produce pudor el título de esta columna. El título no es mío, sino de Ángel González, poeta, y de los más grandes. Dicen que hablaba de él en aquel poema. Quizá los poetas solo pueden hablar de sí mismos. Sus fronteras no son las nuestras: lugar al que no podemos llegar por más que nos lo propongamos. Hablo de los genios. Ángel González pertenecía a esa estirpe en peligro de extinción, minusvalorada, marginada por este presente de influencers y pantallas ordinarias. Todo tan vulgar que asusta. Es una película fantástica el presente. Vivimos mejor que nunca, nos hablan a menudo de la sociedad del bienestar, tenemos tantos derechos y tan pocas obligaciones que España parece Jauja. Sin embargo, vagamos extraviados. Sin guía. Nutriéndonos del mismo maná que regaló Dios a los israelitas durante cuarenta años. Caminaban por el desierto. Nosotros, también.

Nunca España ha estado peor gobernada. Somos el éxito de todos los fracasos. El primero y principal, el nefasto proceder con el que el Gobierno central ha gestionada la crisis sanitaria que nos ahoga todavía. Es inaudito que el presidente no haya promulgado una ley de pandemias cuando la inmensa mayoría se lo pedía. No voy a caer en el sofisma de que todos los políticos son iguales. Es mentira. Desde Galicia, por ejemplo, una y otra vez Núñez Feijoo reclamó esa ley. Un reglamento que impediría el absurdo que hemos vivido en verano: las autonomías intentando paliar desastres, y los jueces (acogiéndose a la ley) sancionando en otra dirección. No podían hacer otra cosa. Y no podían porque no existe una ley de pandemias en este país. Y no existe porque Sánchez no lo ha querido. Y algunos lo aplauden, todavía. Cómo es posible. Lo es porque nunca nadie ha tenido mayor apoyo mediático que este presidente. Nunca, insisto. Sus acólitos lo obedecen hasta en las peores circunstancias. Miren las cifras de la epidemia en España. Miren las previsiones que se ciernen sobre nuestra economía: somos el país que más tardaremos en salir del pozo. Miren el precio de la luz, esa estafa que iban a resolver tan pronto como llegasen al Gobierno. Cómo se puede defender a Sánchez, me lo he preguntado muchas veces. Quizá porque ese es el signo evidente de lo que está sucediendo en España. Lo explicó Julen Freund, un filósofo político de intachable criterio, en La esencia de lo político (1965): la muestra más evidente de la debilidad política es obtener la obediencia de la gente. Mucha de esa gente, hombres y mujeres con firma y con mayor o menor prestigio, crean opinión. Son prescriptivos para la otra gente, la mayoría, que es la que vota y otorga victorias o derrotas en las urnas. Desde el principio han estado al lado de este Gobierno sin norte. Un Gobierno partido en dos: Podemos ha propuesto manifestarse por el asunto de la luz, ¡manifestarse contra sí mismo! Y, al frente, un jerarca cuyo mayor mérito es haber hablado veinte minutos en inglés con Biden. Qué paradoja. Quizá ese sea el mejor ejemplo para argumentar el título. El éxito de todos los fracasos. Pobre España.