El éxito de las vacunas y su envés

Uxio Labarta
Uxio Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

Atienza

08 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Es evidente la eficacia de la investigación científica para obtener resultados frente a la pandemia del covid-19. Síntesis de un esfuerzo de los investigadores, con más o menos facilidades para su trabajo y reconocimiento. En particular con las nuevas vacunas de RNA mensajero, una alternativa válida a las vacunas convencionales. Fruto de una investigación básica previa que, soportada por el «estado emprendedor», ha permitido los logros alcanzados hoy por las empresas.

Los intereses económicos y los políticos han introducido confusión sobre eficacias y/o posibles efectos secundarios en algunas de estas vacunas, siendo paradigmático de ello el caso de la anglo-sueca AstraZeneca. Lo que, sin impedir el éxito innegable de una compleja logística de vacunación en las Españas, ha dejado un envés preocupante en las vacunas y su gestión, también en Galicia.

El éxito de la campaña, asentado en la compra centralizada por la UE y en una logística muy eficaz, se evidencia en que el conjunto de España tiene al 40 % de su población inmunizada, porcentaje que en Galicia alcanza al 48 % de la población. Un éxito que en otros aspectos presenta resultados diferenciados por comunidades autónomas, para lo mejor y para lo peor. Sea en lo relativo a la autocita por Internet o en la discutida estrategia de vacunación del grupo de riesgo de 60 a 69 años, postergándolo frente a los llamados sectores estratégicos, y obviando los riesgos demostrados del tramo entre 65 y 69 años. Incluida la discusión entre administraciones sobre los riesgos y pautas con AstraZeneca, o la vacunación aleatoria con ella dentro del mismo grupo de edad.

Cuestiones que, en situaciones como las derivadas de los viajes de fin de curso -una incomprensible imprudencia de grupos impulsada por el negocio-, evidencian el envés y el riesgo de algunas decisiones sobre la vacunación. Decisiones cuyas consecuencias se pueden sintetizar en que mientras que el grupo de 70 a 79 años tiene al 99 % de las personas inmunizadas, o alcanza el 89 % en el grupo de 50 a 59 años, en el eslabón perdido de la vacunación, aquel que va de los 60 a 69 años, la inmunización solo alcanza a poco más de la mitad, un 53 %. Algo más de 160.000 personas con un riego añadido hoy en Galicia, y sobre cuya estrategia de vacunación ni comités ni Gobierno han dado explicación. Añádase a ello una deficiente organización en primaria y unos hipotéticos mecanismos de coordinación para tratar las incidencias vacunales insuficientes, y tendremos problemas necesitados de análisis y reflexión, que nunca se han abordado ni corregido. Porque las vacunas no están para paliar actitudes imprudentes, sino para garantizar la inmunidad de las personas y de la población en función de su riesgo evidente, incluso frente a una enredada estrategia de vacunación y desde luego frente a esas actitudes irresponsables e insolidarias. Comportamientos que no deberían merecer comprensión o disculpa y menos en base a una hipotética escasez de vacunas. Esas que no fabricamos.