Más que un sueño, la agencia espacial española es casi una realidad. No sería necesario esperar a la nueva Estrategia de Seguridad Nacional, ya que contamos con las herramientas necesarias: la Estrategia de Seguridad Aeroespacial Nacional del 2019, que precisamente, se aprobó como complemento a la Estrategia de Seguridad Nacional del 2017, dispone en su capítulo III el fomento de una acción coordinada de todas las administraciones públicas y departamentos con competencias en el espacio ultraterrestre en colaboración con el sector privado.
De esa forma, el Consejo de Seguridad Aeroespacial ya está constituido y tiene la facultad de crear comités, y uno de ellos puede ser la Agencia Espacial Española. Tendría carácter supraministerial, dependería directamente del presidente del Gobierno, y contaría con un representante de cada organismo público y privado con competencias en espacio. Recordemos que las actividades espaciales son consideradas como muy peligrosas y son un asunto que compete a la seguridad nacional.
Puesto que las competencias en espacio están distribuidas en distintos organismos y ministerios, sería muy beneficioso para España una agencia de gestión que coordine todas estas competencias, incluyendo al sector privado y a la comunidad científica nacional. Nuestra industria es fuerte y competitiva, pero ha de seguir siéndolo: genera empleabilidad, bienestar para la sociedad y seguridad de la nación, pero la competencia internacional es muy fuerte y es necesario desarrollar e implementar una política y una planificación estratégica nacional de espacio.
De urgente necesidad resulta una ley espacial española que, al igual que muchos países de nuestro entorno, otorgase licencias a los operadores privados tanto nacionales como extranjeros. Pensemos en los vuelos suborbitales, capaces de colocar satélites en órbita baja, y otras actividades que fomentarían la inversión extranjera y el turismo. En este sentido, el aeropuerto de Teruel ha expresado recientemente su gran interés para operar como puerto espacial. La Agencia Espacial Española sería la entidad apropiada para otorgar tales licencias.
Una agencia espacial nacional sería la cabeza visible de España y potenciaría la participación de nuestra industria en programas espaciales de naturaleza internacional. Además, se traduciría inmediatamente en ingresos para el Estado, posicionando a España como un actor líder en el plano internacional. La inversión en espacio es altamente rentable.