La familia y uno más

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Kike Rincón | Europa Press

24 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Como ocurría en La familia y uno más, película de hace más de medio siglo que las televisiones se empeñan en programar un sábado sí y otro también, vamos a tener que aceptar a regañadientes una nueva incorporación a nuestras casas. Y tendremos que acostumbrarnos a convivir todos juntos, en la mejor de las armonías y sin poder desprendernos del indeseable invitado.

Ahora que estamos pletóricos de optimismo porque parece que nos encontramos a un paso de vencer al covid-19, gracias a la vacunación masiva y pese a los desatinos de unos y otros; pues ahora desde la comunidad científica comienzan a escucharse voces alertándonos de que las nuevas variantes de este virus dificultan que podamos desprendernos totalmente de él. Y a esta evidencia científica se suma este periódico, que acaba de publicar que equipos que estudian la presencia del coronavirus en las depuradoras encontraron variantes desconocidas en el sistema sanitario gallego, y que las mutaciones comienzan a viajar por Galicia a una velocidad mayor de la aguardada.

Así que lo del covid no se acaba a la vuelta de la esquina, por mucho que nos anuncien el fin de las mascarillas, porque parece como si se produjese una conjura histórica en nuestro planeta, que diría la recordada Leire Pajín, para quedar con un nuevo miembro en nuestras familias el resto de nuestras vidas. Nos dicen que ya no es suficiente alcanzar la vacunación del 70 % de la población para lograr la inmunidad de grupo, porque cada día nos sorprenden con la aparición de una nueva mutación. Parece como si brotase una por cada país.

La incógnita ahora es conocer si llegará el día en que demos por derrotado este virus, ante las nuevas y diferentes variantes que van surgiendo y que se expanden con una rapidez desconocida. La buena noticia es que, con lo que ya sabemos, será más fácil detectar los brotes, que tendrán una incidencia menor que los actuales. Pero habrá que seguir en la pelea. Localizando, rastreando, aislando, vacunando y revacunando. Siendo precavidos y haciendo nuestras vidas en función de la amenaza permanente.

Y es que desde que escuchamos por primera vez lo del covid-19, a cada buena noticia le sigue otra calamitosa. Como un castigo.