Dejar que pase

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OPINIÓN

Reduan | Efe

23 may 2021 . Actualizado a las 10:06 h.

Lo que provoca escalofríos de los capítulos de El cuento de la criada son los flashback. Porque esa distopía en la que la mujer no tiene derechos ni dignidad parece lejana. Pero en cada entrega los saltos al pasado, que son nuestro presente, nos señalan con el dedo, como diciendo, no te despistes, que esto puede ocurrirte a ti. Eso sí, el que quiera pasar un rato inquietante de verdad tiene que ver otra serie: Years and years. No la encontrarán en el espacio que las plataformas destinan al terror, pero da mucho miedo. Cuenta la historia de una familia británica del montón que no ve venir la tragedia hasta que se está ahogando en ella. Debería ser obligatoria para todos los odiadores profesionales que hicieron que una voluntaria de Cruz Roja, que se hizo viral por abrazar a un migrante en Ceuta esta semana, cerrase sus redes sociales arrasada por los comentarios xenófobos, racistas y machistas. Arrasada por la inhumanidad. Tendrían que verla como si fuese una medicina audiovisual, aunque fuera tapándose la nariz y poniendo cara de asco. Porque lo que logra -además de quitarte el sueño- es transmitir que las cosas no tienen que cambiar demasiado para que seas tú el que necesita el abrazo de la chica de Cruz Roja.

Una cosa es la política y la diplomacia. Pero otra son niños perdidos en el mar y jóvenes que se apedrean la cabeza -así lo contó la voluntaria- porque quieren morir, probablemente porque creen que ya no pueden vivir.

Lo explica muy bien la matriarca de Years and years cuando las cosas se ponen definitivamente feas (y eso que ellos eran «gente normal»): «Resoplasteis y gruñisteis, pero lo aguantasteis. Dejamos que pasara».