«Sin futuro laboral a la vista, los ninis serán nuestra epidemia»

Cartasaldirector CARTAS AL DIRECTOR

OPINIÓN

ANGEL MANSO

«Sumar meses o años a la jubilación es malo para todos: para los mayores, que ansían dejar atrás una vida de penurias. Y para los jóvenes, que no tienen más futuro que ser unos mantenidos de aquellos que desean dejarles un hueco»

21 mar 2021 . Actualizado a las 12:27 h.

Como en muchos países. Pero en España siempre vamos a la cola de todo lo bueno. Y llevamos el estandarte en cuanto a las cosas malas, como por ejemplo la tardía jubilación. Sobre todo si tenemos en cuenta que la calidad de vida se ve mermada ya entrada la cincuentena: la vista, la próstata, la artrosis... y el cansancio físico y mental son compañeros de vida que hemos de llevarnos al trabajo a diario. Y rezar para que no la remate el cáncer.

Decir que no hay vida más allá de la jubilación, como escucho alguna vez, es como reconocer que nuestra vida personal y familiar es un fracaso. Con la cantidad de cosas que se pueden hacer desde la placidez de una vida propia donde, al fin, no tengamos que rendir cuentas a nadie. Un presente sin la ingratitud de tener que demostrar cada día lo mucho que vales para poder llevarte el sueldo a casa.

¡Viva la jubilación! Se acabó el hacer números para pagar el alquiler o la hipoteca, los más afortunados. Se acabaron los malabarismos para conseguir que las clases de inglés, o las de música, nos dejen un pellizco de nuestros ahorros para el mañana, para poder pagar las matrículas universitarias. Bienvenida la jubilación. Esa etapa donde no hay mañana. Donde cada día es tu día.

Quizá alguien esté pensando que 60 años son pocos... Pero, por desgracia, nadie tiene la seguridad de que vayamos a vivir muchos más años. Y aunque la tuviéramos: ¿qué calidad de vida nos espera más allá de los 65? Sumar meses o años a esa edad es malo para todos: para los mayores, que ansían dejar atrás una vida de penurias y dar paso al descanso. Y para los jóvenes, que no tienen más futuro que ser unos mantenidos de aquellos que desean dejarles un hueco donde desarrollarse como personas, al tiempo que ganan el pan con su propio sudor.

Y no nos engañemos: no está el mercado laboral en España para que podamos convivir ambos colectivos. Y sin futuro laboral a la vista, los ninis serán nuestra epidemia. Porque el resto de Europa, con sus políticas de empleo, no dejará que se conviertan en la nueva pandemia. Xiana del Cabo. Santiago.

 Bienvenida, primavera 

En estos tiempos en los que pocas cosas son lo que parecen, y muchas otras son exactamente lo que sospechamos que pueden ser; en estos tiempos en los que es verdad una mentira (nos lo enseñaron los políticos con su alto poder persuasivo), ahora que casi hemos perdido la fe y nos agarramos a cualquier esperanza, aunque sea una vacuna, justo ahora llega de nuevo con sus días cambiantes que le son propios. Ya pasó un año desde su última visita, pero esta vez es diferente. En realidad nunca es lo mismo. Somos nosotros los que cambiamos, o no estamos. Siempre falta alguien. Cada año lleva las ausencias que le tocan por decisión divina o por destino, quién sabe. Pero la primavera es fiel, nunca decepciona, llega en su momento renovándolo todo. Por eso el árbol estrena hojas cada año. Bienvenida seas, primavera. M. J. Vilasuso. As Pontes.

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