La eutanasia va al Congreso

J. Martínez Pérez-Mendaña EN LÍNEA

OPINIÓN

17 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Eutanasia activa es la «actuación de un profesional sanitario que provoca de forma deliberada la muerte de su paciente con una enfermedad irreversible, porque este, siendo capaz, se lo pide de forma expresa, reiterada y mantenida, por tener una vivencia de sufrimiento derivada de su enfermedad que experimenta como inaceptable, y que no se ha conseguido mitigar por otros medios». En el caso de la eutanasia pasiva o suicidio asistido, «la actuación del profesional sanitario se limita a proporcionar al paciente los medios necesarios para que sea él mismo quien se quite la vida». La eutanasia activa es legal en Canadá, Colombia y tres países de Europa, y la eutanasia pasiva o suicidio asistido en tres países europeos, Canadá, Colombia y en tres de los 50 estados de los EE.UU.

La Asamblea General de la Asociación Médica Mundial reunida el 22 de noviembre del 2019 en Tiflis (Georgia) comunicó «su fuerte compromiso por los principios de ética médica», ratificando su rotunda oposición a la eutanasia y al suicidio asistido con ayuda médica.

El pasado 6 de octubre, el Comité de Bioética de España, órgano colegiado, independiente y consultivo sobre las implicaciones éticas y sociales de la medicina, indicó que «… existen sólidas razones para rechazar la transformación de la eutanasia y/o suicidio asistido en un derecho subjetivo y en una prestación pública… por razones de fundamentación ética de la vida, dignidad y autonomía…».

El código deontológico de la Organización Médica Colegial, de obligado cumplimiento, en el punto 3 del artículo 36 dice: «El médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en el caso de petición expresa por parte de este». El debate que se está haciendo sobre la eutanasia en este momento es ideológico, derecha contra izquierda, y laicismo frente a las creencias religiosas, cuando la cuestión no es, o no debería ser, política ni religiosa, por ser la eutanasia un problema ético.

Llama mucho la atención que el debate sobre la eutanasia, legalizada o despenalizada en muy pocos países del mundo, haya surgido cuando la medicina dispone de los mejores medios para tratar el dolor y procurar los mejores cuidados a todo tipo de enfermos. Lo importante no son las teorías, doctrinas y argumentos, sino el cuidado, la escucha y el acompañamiento al final de la vida, porque hay enfermedades incurables pero no hay enfermos incuidables. Aliviar el dolor, la cultura del cuidado, el respeto, la ternura y aprender a dejar morir en paz son los mejores antídotos de la eutanasia, siendo los principales argumentos para rechazarla sus consecuencias para los ancianos, los enfermos terminales y el personal sanitario.

Una vez superada la tramitación en el Senado, el Congreso de los Diputados podría dar mañana el visto bueno definitivo a la ley que regula la eutanasia; los diputados deberán votar en conciencia porque la regularización de la eutanasia dejaría a los ancianos y a los enfermos terminales sumidos en una gran vulnerabilidad al pensar que son un estorbo, que no valen nada.