Apocalipsis

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

GARCIA CAMPOS

17 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los tambores que anuncian el fin de la historia suenan hoy fuertes y con un redoble inusual. Aquí están, señores. Nunca jamás antes había pasado nada igual. Porque venimos de un tiempo plácido en el que los políticos eran seres benévolos, magnánimos, diligentes, perspicaces y maduros y la realidad un continuo edificar en el que cada día era mejor que el anterior.

Sabemos que la historia es una construcción y que la memoria es frágil y mentirosa, pero la convicción general es que procedemos de un tiempo en el que volaban los ángeles y la actualidad transcurría entre algodones. No se empeñen; no fueron aquellos seres casi divinos los del golpe de Estado de febrero; los de Banca Catalana, Filesa, Matesa y Time-Sport; los de ETA y los GAL; los Naseiro y Roldán; los del colapso de la UCD, los del felipismo y el guerrismo. No venimos de un país en el que las mujeres que abortaban iban a la cárcel, los matrimonios eran indisolubles, campaba la cultura del pelotazo y la biutiful, se aceptó la economía sumergida, el paro alcanzó el 35 % y el urbanismo salvaje deformó las ciudades. No ardió el 3 de febrero de 1992 el Parlamento de Murcia por un cóctel molotov, no fumaban los médicos en las consultas, no había en Madrid neonazis que mataban inmigrantes, no arrasó Ferrol la reconversión, no existió Nieves Herrero, ni las niñas de Alcásser, ni la guerra de Yugoslavia, ni tampoco el sida.

Nada de eso existió porque todo lo de antes era mejor que lo de ahora, según las reglas precisas de nuestra soberbia generacional que mantiene en estas horas una firme causa general contra el presente porque todo lo que hoy hacen los jóvenes es inútil y fútil y muchísimo peor que lo que hicimos nosotros, dónde va a parar.