Todo lo carga el diablo

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Mariscal | Efe

13 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Las elecciones las carga el diablo». Lo dijo la presidente madrileña, Isabel Díaz Ayuso, semanas antes de convocar el referendo sobre socialismo o libertad. Cuando entendía que una convocatoria electoral era un disparate. La presidenta utilizó una expresión propia de cuarteles para alertar de los peligros que entrañan ciertas decisiones porque conllevan consecuencias imprevisibles.

Y el diablo ya ha cargado la decisión de Díaz Ayuso de romper Madrid y, en parte, el resto de España. Porque aun sin conocer su desenlace en las urnas, ya se adivina que estamos ante una voladura pero completamente descontrolada, que perjudica a todos los implicados. A todos. Cierto que ya nada será igual en la política española por el cambio de equilibrio de tendencias, pero tampoco lo va a ser en los partidos que la conforman.

Porque casi lo mejor que le puede pasar al PP es perder el 4-M y así establecer una estrategia rigurosa y creíble, con Pablo Casado para todo el territorio, y enderezar el rumbo que a día de hoy ha perdido. Por el contrario, ganar y tener que pactar con el facherío colocaría a los populares en una situación aún más peligrosa y le afectaría de por vida, denotando su dependencia de los ultras y tumbando el relato centrista de su líder.

Pero si el PP no saldrá airoso, menos lo van a hacer los demás. ¿Qué futuro le aguarda a Cs y a Arrimadas, después de lo vivido y con una profunda división interna, por mucho que quiera demostrar que puede oscilar a uno y otro lado? Pues es fácil imaginarlo. Si no es su desaparición, puede quedar como un partido residual, sin protagonismo alguno. Los socialistas llegan con un mal candidato, como es Ángel Gabilondo; Más Madrid, escindido y peleado, y Podemos, en caída y de este panorama tampoco parece que vayan a salir bien parados.

Recurrimos con frecuencia al dicho cuartelero de las armas y el diablo que las carga. Pero pocas veces lo haremos con tanta precisión como en este caso. Porque no solo son las elecciones, también las estrategias, pactos, imprudencias, osadías, iras, ambiciones y ataques de caspa. Todo esto también lo carga el diablo.