Vitamina D

Manuel Luis Casalderrey

OPINIÓN

01 feb 2021 . Actualizado a las 09:52 h.

Entre el confinamiento y la lluvia, la vitamina D de muchos gallegos, está, muy probablemente, en mínimos. El aporte principal no se obtiene por los alimentos, sino a través de la radiación solar, que, al incidir sobre la piel, produce ese aporte extra esencial para la buena salud de los huesos. Al exponernos al sol, la fracción de rayos ultravioleta B (UVB) es la responsable de la formación de la vitamina D en la dermis, donde es biológicamente inactiva. Para que cumpla su función debe ser metabolizada por el hígado o por los riñones.

En los riñones se transforma en calcitrol, que incrementa la capacidad del cuerpo para absorber el calcio que contienen los alimentos. La carencia de vitamina D disminuye la densidad ósea y propicia las fracturas de huesos. Los protectores solares, por ejemplo, bloquean los rayos UVB y, por tanto, también ese aporte.

La vitamina D actúa también estimulando las defensas (Federico Mallo, La Voz 8-10-20), por eso, en este momento de la pandemia, es muy importante mantener los niveles adecuados. Aunque en menor cuantía, algunos alimentos aportan ese refuerzo: pescados grasos (frescos o en conserva), aceite de hígado de pescado, queso, yema de huevo, etcétera.

También existen ampollas de vitamina D, que han de tomarse bajo supervisión médica. Sin embargo lo fundamental es la radiación solar. Así que, en cuanto salga el sol, es conveniente exponerse a sus beneficiosos rayos vitamínicos.