Vengo de quince días de confinamiento por contacto con un positivo. Un encierro inesperado produce muchos quebrantos, pero también genera algunas oportunidades. La de leer más, por ejemplo. Lo digo porque las circunstancias ayudan a comprender cómo me sentí al abrir un libro de José Ramón Amor Pan que empezaba con una cita larga de Yuval Noah Harari, profesor de la Universidad de Jerusalén y uno de los intelectuales del momento, de esos que alzan sus escritos hasta la categoría de los más vendidos. Se trata de un autor de indudable talento, pero la cita me aturdió. Explicaba que en todas las épocas y geografías hemos temido, sobre todo, las hambrunas, la peste y las guerras. Pero, añade, en las últimas décadas hemos conseguido controlar las tres. Dice: «Desde luego, estos problemas no se han resuelto por completo, pero han dejado de ser fuerzas de la naturaleza incomprensibles para transformarse en retos manejables. No necesitamos rezar a ningún dios ni a ningún santo para que nos salve de ellos. Sabemos muy bien lo que es necesario hacer para impedir el hambre, la peste y la guerra… y generalmente lo hacemos con éxito». Cuando Harari escribió tal párrafo, apenas faltaban cinco años para el ominoso 2020. Y de esa temeridad parte Amor Pan, para desarrollar un ensayo intenso, divulgativo y apasionado, que lleva por título Bioética en tiempos del covid-19. Un título engañoso, que parece prometer la aridez técnica de un manual. Pero no. Se resuelve en veintitrés capítulos breves y ágiles, casi periodísticos a veces, que intentan dar sentido a este momento: sus causas, sus posibles consecuencias y sus remedios. Demuestra, de paso, que toda arrogancia es temeraria.
@pacosanchez