Defensas

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i Balsebre MIRADAS DE TINTA

OPINIÓN

RAQUEL MANZANARES | Efe

03 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La perspectiva de un nuevo confinamiento está haciendo desfallecer a mucha gente, pero no todos responden igual. El psicoanálisis nos enseñó que la mente humana pone en marcha diferentes mecanismos de defensa inconscientes encaminados a minimizar o distorsionar una realidad angustiosa para evitar enfrentarla. Uno de los más frecuentes es la negación: afrontar los conflictos negando su existencia o su relevancia, algo que se atisba dentro del llamado movimiento negacionista.

Convivir con esta pandemia no es fácil y mucho menos cuando la sociedad del bienestar tiene en la baja tolerancia a la frustración uno de sus rasgos más significativos, sobre todo en la juventud.

Las algaradas vandálicas que empiezan a producirse están -profesionales de la revuelta aparte- protagonizadas en su mayoría por gente joven que teniendo que asumir una realidad que frustra sus deseos, recurren a la negación: «Esto no puede ser, ¡libertad!». Pero la realidad se acaba imponiendo a largo plazo y entonces desarrollan otro mecanismo de defensa psíquico: la proyección de la culpa sobre no importa qué o quién, responsabilizándolos de su malestar; algunos recurren a la regresión, es decir, a la adopción de patrones de conducta inmaduros, como la ira adolescente o el berrinche infantil. Ahí empieza la violencia.

Por contra, aquellos que asumen serenamente la realidad -la gente más madura- tienen que bregar con el malestar impuesto. Es en este tramo de edad que ya cumplió los setenta donde más se están significando las consecuencias psíquicas de esta realidad: la irritabilidad y la depresión. La irritabilidad la desencadena la angustia y la impotencia de sentir que les están robando los últimos años de su vida y, ese sentimiento de pérdida, lleva a un estado depresivo. Necesitamos mucha paciencia.