Del COVID-19 al covid-19

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

Rober Solsona

25 abr 2020 . Actualizado a las 11:27 h.

Esperábamos con expectación el pleno que la Academia Española celebró anteayer, como todos los jueves, aunque en esta ocasión fue como la semana pasada, por vía telemática, pues los académicos permanecen recluidos en sus casas. El interés de la sesión venía dado por el posible pronunciamiento de la institución sobre algunos términos relacionados con la epidemia que en estos días rige nuestras vidas. En el pleno del día 16 se había hablado sobre la definición de coronavirus, aunque no es este el asunto que merece atención prioritaria, sino el nombre de la enfermedad. Pero ni de este ni de aquella se habló en la junta.

Cuando las cosas empezaron a ponerse feas y el mal surgido en Wuhan acaparó la atención del mundo, la Organización Mundial de la Salud le puso nombre a la nueva enfermedad: COVID-19. Se trata, como seguramente ya sabrá el lector, del acrónimo de la expresión inglesa coronavirus disease 2019 (enfermedad por coronavirus 2019). Los acrónimos se escriben inicialmente con mayúsculas, pero cuando corresponden a expresiones denominativas de carácter común y se lexicalizan, es decir, cuando se incorporan al léxico español como nombres comunes, pasan a escribirse con minúsculas: covid-19. La grafía más inadecuada, y que tanto se emplea, es Covid-19, con una mayúscula inicial que se reserva para señalar nombres propios. Y los de enfermedades no lo son, ya se trate del sida (un acrónimo lexicalizado), la pulmonía o la toxoplasmosis.

Quedan, pues, dos opciones, COVID-19 y covid-19. ¿Se ha incorporado este nombre al léxico español? Creemos que sí. Así como palabras que se usan mucho menos necesitan meses e incluso años para completar ese proceso, el nombre de esta enfermedad ha logrado en su todavía corta existencia ser omnipresente en periódicos, radios, televisiones, debates políticos y en las conversaciones. Ya está tan instalado en el idioma como grabado en nuestras mentes para lo que nos quede de vida. Por eso La Voz de Galicia ha decidido emplear desde hoy la grafía covid-19.

A los lingüistas de la RAE aún les quedan asuntos que aclarar. ¿El nuevo nombre ha de ser covid-19 o covid, al que luego se le añade 19 o 2019? Cuando, por desgracia, llegue otra enfermedad causada por un coronavirus, sea el mismo que ahora nos hace la puñeta u otro, vamos a tener a mano un sustantivo breve con el que designarla, covid. Al que podremos añadir el año, como a los vinos decentes.

Otro problema que el neologismo ha traído consigo es el de su género. La Organización Mundial de la Salud lo emplea en español como femenino, pues el núcleo del acrónimo original es desease, ‘enfermedad’. Sin embargo, en España se ha usado mayoritariamente, empezando por el Ministerio de Sanidad y el equipo de crisis, como masculino, quizá por influencia del género de coronavirus y de los nombres de varias enfermedades causadas por virus, como el ébola o el zika. La solución de la Academia sería objetiva y salomónica si considerase que el nuevo nombre es ambiguo en cuanto al género, es decir, tiene terminación invariable y puede usarse como masculino o como femenino, como el/la mar, el/la calor o el/la interrogante. Lo cual sería lo más justo y a la vez lo peor que podría pasar, pues conduciría a que unos siguiesen hablando de el covid-19 y otros de la covid-19. La Voz decidió desde el primer momento emplear covid-19 como masculino porque es la opción más usada.

Si la Academia se aplicase a limpiar y fijar un poco, sin esperar a que las cosas se asienten por sí solas, nos ahorraría una babel que puede durar tanto como la epidemia.