¿Por qué se acabó el curso?

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez ESTADO BETA

OPINIÓN

UPNA

05 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Este artículo va de educación, una herramienta fundamental para conformar un verdadero estado democrático y de derecho. Es entendible que en estos momentos con una pandemia azotando el país, los estudiantes no tengan clases presenciales. Lógico, por encima de todo está la salud.

Todos (al menos los padres) sabemos también que las clases que se reciben en casa sentados delante de un ordenador no son lo mismo que si tienes a tu lado a un buen docente que exprime todo lo que hay en ti y te impulsa a la vida. Esa frase de «si no te salió el problema, lo volvemos a intentar» hasta que lo consigas es algo que llevo en el recuerdo de un maestro que tuve de niña. Fue una lección magistral que me sirvió para no rendirme en esos momentos de desesperación. Fue suficiente escucharla una sola vez para comprender cuál era el resultado del esfuerzo. Sin calendarios, sin horas. Lo que te lleve. Hasta que lo aprendas. Solo buscando el conocimiento.

Dar por acabada en abril la enseñanza universitaria es claudicar. No valorar la importancia aquel «Decíamos ayer» y de su protagonista.

Si en mayo se acaba esta agonía propiciada por el maldito coronavirus, junio y julio son meses recuperables, incluso para evaluar. Y si el nuevo curso comienza a mediados de octubre, no pasa nada. La disculpa de cerrar las aulas no puede ser las dificultades de adaptación del calendario escolar.

Hay que darse a valorar.