Nunca fue una broma

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

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16 mar 2020 . Actualizado a las 18:06 h.

Es el momento de estar, sin fisuras y con absoluta lealtad, al lado del Gobierno. Aunque si volvemos la vista atrás escuchamos un eco amargo: «Es algo parecido a una gripe. No habrá consecuencias económicas». El 26 de febrero, en una comunicación en redes sociales, el Ministerio de Sanidad afirmaba, literalmente: «Al llegar de una zona de riesgo puedes hacer vida normal. Si tras catorce días no tienes ningún síntoma, no es necesario tomar medidas». Un día antes, el dirigente de Podemos Pablo Echenique anotaba: «En las portadas y en las tertulias, el coronavirus corre desbocado y es una peligrosísima pandemia que causa pavor. En el mundo real el coronavirus está absolutamente controlado en España. Ojalá un día el sistema mediático tenga la mitad de calidad que el sistema sanitario» (no lo olvidemos). Entonces el presidente Sánchez aún no se había dirigido ni una sola vez a los ciudadanos. Informaba un responsable de Sanidad, Fernando Simón, asegurando una y otra vez que se tomarían medidas graduales. Por eso se permitían vuelos desde Italia y otras zonas afectadas, sin pruebas de control de ningún tipo a los pasajeros. Y no se tomaba ni una sola medida efectiva que pudiese parar la epidemia. Y digo más, con mil casos confirmados en Madrid y diecisiete muertos, se permitió la masiva manifestación del 8 de marzo. Sin comentarios.

Todo lo que acabo de relatar no falta un ápice a la verdad. Es lo sucedido. Es la negligencia palmaria del Gobierno. Ha sido, en sus inicios, una gestión pésima. No han estado a la altura. Pero no es tiempo de ahondar en la herida. Es el momento de estar, y vuelvo a repetirlo, sin fisuras y con absoluta lealtad al lado del Gobierno. En estos días se ha hecho lo correcto. Y tranquiliza ver a Margarita Robles en el cuarteto gestor. Como tranquiliza saber que Sánchez ha prescindido de Podemos en la crisis. Veremos, y vemos, quién es quién en esta tragedia. Vemos quién es Torra y el independentismo, por ejemplo. Y quiénes los que se reían del virus cuando el virus llegaba: esos comunicadores tan ufanos. Estamos padeciendo una de las crisis más complejas de la historia reciente. Por fin, todo parece encaminarse de modo correcto. España ha salido de otros pozos. Y Galicia, sin duda, va a estar a la altura. Muchas serán las heridas y las cicatrices. Nunca fue un asunto menor. Aunque algunos se lo hayan tomado a broma.