El coordinador parental y el interés del menor

Lucía del Prado LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

18 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el 2013 Fundación Filia de Amparo al Menor trabaja para impulsar en España la implantación de la figura del coordinador parental en situaciones de alta conflictividad familiar judicializadas, en las que la mediación ha resultado ineficaz.

Y lo hace dando una llamada de atención tanto a los profesionales como a la Administración, demandando una formación especializada de calidad y un servicio en consonancia con la importante labor y la responsabilidad que van a desempeñar como auxiliares del juez en la labor de velar por el verdadero interés superior del menor.

Hasta hace muy poco, la mediación era la única herramienta de la que disponía la administración de justicia para paliar los efectos de la ruptura parental. Pero la mediación debe ser adoptada de forma voluntaria por las partes y en situaciones especiales de alta conflictividad, con incumplimientos de sentencia sobre custodia y régimen de visitas, la mayoría de ocasiones ni se inician, porque los miembros de la pareja no tienen voluntad de solucionar el conflicto.

No es un secreto que ha resultado un fracaso, no solo porque no ha sido operativa, sino que incluso ha podido ser perjudicial debido al tiempo que ha hecho perder a las familias en buscar soluciones de manera voluntaria cuando no existía ninguna voluntad para salir del conflicto. Tiempo que para muchos niños/as ha supuesto la perdida total del vínculo con uno de sus progenitores, debido a alcanzar la mayoría de edad durante un proceso ineficaz y fallido. Con las consiguientes secuelas psicológicas que les acarreará de por vida una experiencia como esta.

Para resolver estos casos la fundación impulsó la figura del coordinador parental: un profesional con un protocolo de intervención especializado puede estudiar el caso durante tres meses en diversas sesiones a todo el entorno del menor, tiempo suficiente para conocer en profundidad el conflicto en el que se ven inmersos los menores y así, a través de un informe, poder informar adecuada y profesionalmente a quien debe decidir la resolución judicial.

En la Comunidad Autónoma de Galicia se ha abierto un debate con posturas enfrentadas sobre la conveniencia o no de la implantación de esta figura. En medio de esta polémica, algunos colectivos han atacado sin conocerla a la Fundación Filia, aun reconociendo que es la impulsora de esta figura a nivel nacional; por ejemplo, atribuyéndole la inclusión del síndrome de alienación parental (SAP) en España, y tachándola de organización de extrema derecha, por haber tratado con políticos de diversos partidos, incluso de discurso negacionista de violencia de género o abuso sexual infantil.

De todas estas acusaciones, lo único veraz es que Fundación Filia ha impulsado la figura del coordinador parental tras llegar a la conclusión de que no existía herramienta alguna de apoyo judicial para proteger al menor.

La experiencia del teléfono de ayuda de la fundación, atendiendo una media de 6.000 peticiones al año, le otorga información suficiente para constatar que la manipulación al menor para obtener una pensión alimenticia se da cada vez con más frecuencia.

La Fundación Filia se relaciona desde hace años con todas las tendencias políticas, con el deseo de crear consenso en cuanto a la protección integral de los menores, así como con asociaciones diversas, tanto de defensa de la mujer como de niños, padres y abuelos. Filia está en contra de todo tipo de violencia y su trabajo se centra en el menor.

En cuanto a la imputación que se le hace de haber introducido en España el concepto del SAP, es evidente que hay quien confunde los términos Síndrome de Alienación Parental con la coordinación parental.

Al margen de los conflictos, y de las cuestiones ideológicas o políticas que se le pretenden atribuir, la Fundación Filia continúa trabajando con la energía que le caracteriza porque también cuenta con muchos apoyos y un solo objetivo: proteger y garantizar el bienestar psicoemocional de los menores y de las familias inmersas en una ruptura conflictiva.