Escritura de los germanismos

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

01 dic 2019 . Actualizado a las 10:33 h.

Hay una norma de la ortografía en vigor según la cual las voces extranjeras deben escribirse siempre en los textos españoles con una marca gráfica que destaque su condición de palabras pertenecientes a otro idioma. Si se dispone de letra cursiva, es esta la marca preferida. Su función es indicar que el término en cuestión es ajeno a nuestra lengua y que, debido a ello, «no tiene por qué atenerse a las convenciones ortográficas españolas».

Siguiendo ese criterio, cuando en un texto en español se empleaba un sustantivo alemán se escribía en cursiva y con la mayúscula que en ese idioma corresponde a todos los nombres, tanto propios como comunes. La Academia Española también lo hizo así cuando en la edición del Diccionario del 2001 introdujo varias palabras alemanas. Como tales, aparecían en cursiva y con mayúscula: Leitmotiv (tema musical dominante y recurrente en una composición), Kitsch (estética pretenciosa y pasada de moda), Kirsch (aguardiente de cerezas), Bock (jarro de cerveza)... Esta última ya había estado antes, como voz española.

Trece años y una nueva edición de la Ortografía después se publicó otra edición del Diccionario. Aquellos sustantivos seguían en cursiva, pero ahora escritos con minúscula: leitmotiv, kitsch, kirsch... Y, en una época en que la cerveza amenaza hasta al vino, había desaparecido Bock.

En la Academia se había considerado que la norma de que una voz extranjera marcada en cursiva «no tiene por qué atenerse a las convenciones ortográficas españolas» quedaba superada por otra de rango general que exige la identificación de los nombres comunes con minúsculas y la de los nombres propios con mayúscula inicial, sean o no extranjerismos. Los expertos aducen que en alemán también prevalece su propia norma, por lo que escriben con mayúscula los sustantivos que toman de otros idiomas: Zur Paella gehören oft Schnecken (La paella incluye a menudo caracoles).

Aclarada la cosa y aceptada disciplinadamente la instrucción, al hablante profano solo le queda la duda de por qué en el mismo diccionario que registra leitmotiv, kitsch y kirsch están con mayúscula los sustantivos alemanes que figuran en las etimologías de artículos: Accordion (origen de acordeón), Allergie (de alergia), Halt (alto, parada), Bunker (búnker), Statistik (estadística), Genom (genoma)... y así un par de centenares más.