El dinero sustraído: 680 millones de euros. Ciento doce mil millones de las antiguas pesetas. Para que nos entendamos todos. Un Himalaya de pasta gansa para comprar el voto. Pero para el PSOE y su entorno mediático no ha pasado nada. Pero para Podemos tampoco ha sucedido gran cosa. Lo vamos a traducir al idioma de la sentencia. 68 años, tres meses y 13 días de cárcel para los condenados. Y 253 años y 15 días de inhabilitación para los otros implicados. El tribunal habla de «palmaria ilegalidad». 19 ex altos cargos con condena. Esta ha sido la que se llamaba pieza política. Todavía quedan 146 causas pendientes con 507 imputados. Pero no tiene importancia informativa. Es información, pero en seguida desde Ferraz y su entorno han trabajado a destajo y con habilidad para que parezca deformación. El Lazarillo y el Buscón son dos genialidades literarias que dejan claro que en el ADN del ser humano está robar. No solo los españoles roban. Hay corrupción en otros países. En la Biblia, fresco universal, hay ladrones. Lo que es solo español es que si roba la derecha el escándalo es mayúsculo. Si lo hace la presunta izquierda, se cuenta en minúsculas y a toda prisa. «Si una peseta diera cada español», decía Lola Flores a finales de los ochenta para devolver el dinero que le debía a Hacienda. Lo que han dado muchos españoles al PSOE ha sido un voto en las elecciones del pasado 10N antes de que se supiera esta demoledora sentencia. Hemos votado a oscuras, con este golpe en diferido a los cien años de honradez que ya no será jamás el lema de los socialistas con mancha. No cuela esta estrategia burda de Ábalos de que la culpa es de los demás, que ponen el grito en el cielo cuando deberían guardar un estúpido silencio. No cuela que se pongan a cantar el «Ere, lerele» y a seguir con la coalición de gobierno que no es más que pura inestabilidad, con una muleta en el independentismo que traerá consecuencias serias a la convivencia. La honradez no tiene color político. La corrupción no tiene bandera. La hemos sufrido todos, por la derecha y ahora por la izquierda. Sánchez debería dar la cara. Casado debería dar la cara. Y apostar por la única salida para que España pueda tener la estabilidad que necesita como Estado con una economía que está rota, descosida y a punto saltar por los aires. Se necesita una gran coalición o volvemos a urnas. Y, con esta sentencia de los Ere, Vox ya será imparable.