Un sueño de verano

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

Sergio Perez

04 sep 2019 . Actualizado a las 08:25 h.

El éxito de Pedro Sánchez en su Operación Seducción a Podemos está por ver, al menos cuando se escribe esta crónica. Las 370 medidas le suenan bien a Pablo Iglesias, pero las tiene que estudiar. Es un avance si se piensa que horas antes de que Sánchez hablase, Pablo había dicho que ya está bien de humillaciones; que se le puede humillar a él, pero no a su partido ni a sus votantes. Mucho más negativa ha sido Ada Colau, que considera una tomadura de pelo algunas de las propuestas, como la que promete controlar los abusos de los alquileres. Y algo casi peor: la señora alcaldesa de Barcelona ha visto, como tantos, un acto electoral, no una oferta de programa común. Así que dejemos que Podemos reflexione, estudie si le compensan los altos puestos en altas instituciones del Estado que Sánchez les promete, decida dar o negar crédito a las garantías de cumplimiento y mida, sobre todo, si con su oposición será el malo de la película que provoca la repetición de elecciones.

Me parece bastante más sugestivo lo que ocurría al mismo tiempo que se presentaba el documento: España digería los datos del paro del mes de agosto. Unos datos malos, con una drástica caída del número de afiliados a la Seguridad Social que aleja el sueño de tener veinte millones de empleados en el año 2020. Y seguirán siendo malos en septiembre, cuando se cierre la temporada turística. Y es de temer que en los próximos meses se confirme la ralentización de la creación de empleo, en el supuesto de que no tengamos que hablar de destrucción a la vista de los indicios de frenazo de la economía europea y su contagio a la española. Y puede darse el caso -ya hay síntomas- de que se cumpla una vieja maldición que encanta a la derecha política: socialismo significa paro. ¿No le temblarán las piernas al señor Sánchez cuando le llegan esos indicadores? Hasta el momento, la economía le sonreía. Ahora empieza a amargarle las madrugadas. También le ocurrió a Zapatero.

Pues bien: si algún fallo tiene el programa de Pedro Sánchez es que ese temor o esa prevención no existen. Hizo un papel para una sociedad alegre y confiada, donde solo el crecimiento del gasto sanitario supone 11.000 millones de euros, a los que hay que añadir las guarderías gratuitas, la renta básica, la supresión de los copagos, el dentista también gratis o la subida de las pensiones. Necesidades sociales que hay que atender, sin duda; pero, por el momento, no hay economía que lo resista. Me parece un precio muy elevado solo para ganar la voluntad de los diputados de Podemos. Sonó todo como un sueño de verano, mientras la realidad del país se estropea por otras vías que no requirieron ni una palabra del presidente. No merecieron ni una mención.

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