Habiendo copado el primer plano de la actualidad el caso de la atleta Edelina de los Encinos, que se proclamó campeona mundial de salto con pértiga sin necesidad de emplear la pértiga, y el del laureado plusmarquista europeo de 200 metros espalda Efrén Diza, provisto de ojos en la nuca, y el del ganador de innúmeros concursos hípicos Alejandro Gómez-Tolva, especialmente dotado por la madre naturaleza para la práctica del deporte ecuestre pues se trata de un centauro, y habiendo tenido conocimiento de que estos tres deportistas pertenecían a un mismo club, el Unión Sports Heracles, no pudimos por menos que interesarnos por indagar si tan feliz confluencia se podía atribuir a la casualidad. Y cuando supimos de la existencia de Julio Valmireño, un extraordinario mediofondista que se pasaba toda la carrera peinándose para salir guapo en la photo finish, perdiendo con ello unos preciosos segundos que lo privaban del triunfo, y de la del esgrimista Martín Bartoral, quien en sus combates de florete pretendía emular al Zorro trazando una Z en el pecho del contrincante pero acababa escribiendo una S porque por su procedencia geográfica seseaba, comprobamos que, a no dudarlo, se daban cita en el Unión Sports Heracles una gavilla de personajes realmente extravagantes. En aras de un cabal aprovechamiento del espacio a nuestra disposición, procedemos a enumerar sumariamente algunos de ellos, junto con un esbozo de sus cualidades.
Undelino Trizme, lanzador de martillo. En cierto campeonato del mundo dio en girar el martillo a tal velocidad para efectuar el lanzamiento que despegó cual helicóptero. Quedó de último, pero obtuvo el primer puesto en la especialidad de vuelo sin motor.
Artemiro Ansúnez, boxeador. Destacaba por propinar derechazos con la mano izquierda. Siempre entrenaba peleando contra su sombra, la cual adquirió gran maestría en el arte del boxeo y abandonó a Artemiro para emprender una carrera pugilística por su cuenta.
Felipe Sotoblasco, saltador de altura. Tomaba muchísima distancia para la carrerilla con lo que, una vez superado el listón, llegaba tan cansado que al caer sobre la blanda colchoneta se quedaba inmediatamente dormido, con las manos bajo la cabeza a modo de almohada.
Bertolindo Didelón, piragüista de aguas bravas. Fue acusado de dopaje por arrojar un frasco de tranquilizantes a las aguas bravas para tranquilizarlas.
Dorina García-Fuz, luchadora de judo. Verdadero fenómeno en la práctica de esta lucha japonesa, dejaba a sus rivales hechas un nudo. Mas no se trataba de nudos simplones, sino de los más intrincados y complejos nudos marineros. Una vez retirada, ingresó en la Marina.
Sandro Talabero, gimnasta. En la prueba de anillas, durante una competición a nivel continental, se propuso hacer el mejor cristo. Hallándose Sandro suspendido de las anillas, la parte del techo donde iban ancladas no resistió el peso y se desplomó sobre nuestro deportista, que quedó hecho un cristo. Los jueces se hacían lenguas comentando el magnífico cristo, y lo premiaron con sendos dieces.
Venancio Dábregas, velocista. Varias veces campeón olímpico de 100 metros lisos, proclamaba poseer el mejor empleo del mundo, pues solo trabajaba nueve segundos cada cuatro años.
Como apunte postrero, dejar constancia de que el Unión Sports Heracles también contaba con practicantes de sillón ball, disciplina a la que incorporaron la modalidad por equipos con la invención del tresillo ball.