Cultura televisada

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

13 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno, en su ingenuidad, había llegado a creer que la televisión tenía las mismas funciones que los otros medios de comunicación de masas: informar, educar y entretener. Pero, al igual que otros soportes convierten la información en desinformación y manipulación, la televisión -alguna televisión- transforma el entretenimiento en marujeo y observación de la vida de personajes sin mérito, todo ello rebosante de grandes alardes de incultura.

Como la que muestra una presentadora que despide así a un reportero: «Muchas gracias, Fulanito, por haber cubrido la noticia para nuestro programa». Mientras, una colega suya amenaza sutilmente a una invitada al espacio para «la próxima vez que tu hijo me saque de tus casillas». Entendemos al hijo que pretende expulsar de las casillas de mamá a la intrusa.

A un participante en la misma fiesta le preguntan por unas declaraciones de su ex según las cuales necesita ayuda para -dicho delicadamente- intimar. Él reacciona con suficiencia: «Las mujeres que han estado conmigo saben lo que doy de ». Si no estuviese ofuscado por las dudas sobre su vigor sexual quizá hubiese empleado un doy de mí.

Un concurso culinario sirve más perlas que platos calientes. Uno de los participantes dice que otro se las da de sumiller con sus comentarios sobre cocina, dejando a un lado que sumiller es, en los grandes restaurantes, el encargado de la bodega. Los dardos son continuos. Así, otro aspirante al triunfo tacha de elitista a un competidor porque «mira a sus rivales por debajo del hombro». Una joven granujienta con incontinencia verbal revela que también tiene intolerancia a la lactosa. Más tarde, un compañero confiesa que le da pena que la muchacha sufra «alergia a la lactancia».

Dramático ha sido lo de un concurso en el que ninguno de los participantes supo decir cuáles son los continentes... y alguno metió entre ellos el Atlántico y el Adriático. Cuando les preguntaron por el autor del Guernica salieron desde Miguel Ángel a Van Go (sic). Solo uno supo que era Picasso.

Al día siguiente improvisaron una prueba similar en otro programa. Los tertulianos debían saber qué es una extensión de tierra rodeada de agua por todas partes excepto por una zona estrecha con la que se une a otro territorio mayor. De seis u ocho, solo uno supo que eso es una península.

Si este es un medio que educa, apaga (la tele) y vámonos.