En la actualidad hay desabastecimiento de muchos medicamentos en las farmacias españolas. Entre ellos dos fármacos de mi pastillero habitual. Del primero ya era sabedor hace tiempo y, a base de recorrer varias farmacias, encargar que me avisen de la posible llegada de esa medicina, etcétera, en este momento tengo una cierta reserva que me da tranquilidad, porque de ese medicamento no existe ningún genérico ni formulación equivalente.
De la carencia del segundo me enteré muy recientemente. Comunican su falta 2.800 farmacias distribuidas en 51 provincias (informe 23-26 de junio del 2019, portalfarma.com). Enseguida emprendí una peregrinación (viacrucis) a través de las boticas de la ciudad en la que vivo, con un recorrido planificado de antemano. Entré y salí casi al instante. Su respuesta era inmediata en cuanto veían la receta: está en falta, no nos lo envían, etcétera. En casi todas las farmacias fui atendido con una gran amabilidad. En una de las del recorrido habían pedido unas cajas a Madrid y en otra, a Asturias y me reservaron sendos envases. Mi problema resuelto momentáneamente.
No entiendo la razón de este desabastecimiento, pero creo que las autoridades sanitarias deberían tomar cartas en el asunto y solucionar el problema cuanto antes.
No es lógico que los pacientes peregrinen por las farmacias en busca de sus pastillas y demás productos, y mucho menos que no los encuentren.